La I Caña del Trabajo y Emprendimiento Social reúne a una sesentena de trabajadores y trabajadoras sociales

La I Caña del Trabajo y Emprendimiento Social superó las expectativas. Y eso que, en general, eran elevadas. Al menos así quedó reflejado en el animómetro, la dinámica con la que arrancó, el pasado jueves 11 de junio, la I caña del Trabajo y el Emprendimiento Social, organizada por el Consejo General del Trabajo Social (CGTS). El denominado animómetro invitó a cada uno de los asistentes a colocar en un tablón, un post-it donde iban indicando en un porcentaje cómo estaban de motivados y la palabra que lo expresaba, antes y después de el evento.

La jornada, que se celebró en el Espacio Geranios de Madrid (una iniciativa de coworking social) contó con las intervenciones de tres figuras representativas del emprendimiento social, como son May Escobar, trabajadora social y co-fundadora de UEIA, primera Aceleradora Europea de Empresas Sociales; Marina Sanz, trabajadora social y coordinadora del Proyecto de Emprendimiento social Grupo Cocina, ganador del concurso Think Big Nivel II y Raúl Oliván, trabajador social y director de Zaragoza Activa. A través de la narración de sus experiencias se fue desarrollando el acto.

En el encuentro participaron más de 60 personas, la mayoría trabajadores y trabajadoras sociales y contó con la presencia de miembros de Junta de Gobierno del Colegio de Trabajo Social de Sevilla y Madrid y también colegiados de Aragón. También contó con la presencia de profesorado de Trabajo Social de la Universidad de Valladolid, así como de varios trabajadores con blogs centrados en la profesión y que forman parte de la denominada BlogoTSfera, que alberga la página web del Consejo.

El acto fue presentado por la presidenta del Consejo, Ana Lima, y el tesorero y responsable del área de emprendimiento del CGTS, Manuel Gutiérrez. Ambos destacaron la importancia de que los y las participantes aprovecharan el evento y no solo sacaran rendimiento a la presencia de los tres emprendedores que iban a contar sus experiencias, sino que también transmitieran al Consejo sus necesidades, de forma que la organización pueda ayudar mejor a los y las colegiadas.

Las intervenciones de Escobar, Sanz y Oliván dieron a la jornada un carácter muy participativo, en el que la narración de las experiencias, la expresión de las dudas y el debate entre los y las asistentes se fueron sucediendo. Con la dinamización del trabajador social Alejandro Olleta, en las casi tres horas que duró el evento, se habló de las dificultades económicas por las que pasa el/la emprendedor/a, se discutió sobre los diferentes tipos de personalidad jurídica que puede tener un proyecto de emprendimiento social. Se puso en valor el mucho esfuerzo que supone dar el paso y no se rehuyó hablar de los muchos miedos que existen. Pero también se puso en valor la gratificación de emprender un proyecto propio con retorno social, ejerciendo el trabajo social desde ópticas que hace unos años ni siquiera se habían planteado.

La I Caña del Trabajo y el Emprendimiento Social finalizó, como no podía de ser de otra forma, con una apuesta por el intercambio de conocimientos y aptitudes, de modo que cada uno/a de los/as participantes explicó qué podía ofrecer al resto. El Consejo General se comprometió a facilitar el intercambio y el contacto entre ellos y tomó nota de las necesidades que se expresaron a lo largo de la tarde para potenciar, desde la organización colegial, que los y las trabajadoras sociales puedan emprender.