MANIFIESTO de Santiago. Los y las trabajadoras sociales reafirmamos y decimos: ¡Hasta Aquí!
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Trabajo Social en Santiago de Compostela, los y las trabajadoras sociales realizan la marcha por los derechos sociales, recorriendo los últimos 5 km del Camino de Santiago a modo de marea naranja. La marcha concluye con la lectura del manifiesto en la Plaza del Obradoiro.
El Consejo General del Trabajo Social inició en 2013 la campaña “¡Hasta Aquí!”, coincidiendo con la fecha prevista para la remisión a las Cortes del Proyecto de Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que finalmente fue aprobada y que en estos días hemos visto cómo el Tribunal Constitucional declaraba contraria a la Constitución cuanto limitaba en la prestación de Servicios Sociales desde las corporaciones locales.
A través de los medios de comunicación y mediante acciones concretas hemos visibilizado reiteradamente nuestra protesta; para la profesión que representamos es inadmisible continuar con una agenda de recortes especialmente dirigida a desmantelar los Sistemas Públicos de Bienestar y que, con Leyes como la de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, pretendía aniquilar definitivamente el Sistema Público de Servicios Sociales, fuertemente vinculado a las Administraciones Locales por su proximidad y cercanía a las necesidades de la ciudadanía.
Durante este tiempo hemos celebrado jornadas, convocado y acudido a manifestaciones en todo el territorio, ejercido acción política, llevado a cabo estudios y construyendo evidencia científica del grave deterioro de derechos sociales que las políticas de austeridad representan. Hemos tejido redes de colaboración con colectivos sociales, incluso llevamos al Parlamento Europeo nuestra protesta.
Pero aún con toda la carga de profundidad que la paradójicamente denominada Ley de Sostenibilidad suponía, no es ésta la única iniciativa que pone en peligro la garantía de derechos sociales. En los distintos ámbitos de toma de decisión política, desde lo estatal a lo local, se vienen sufriendo ataques contra la protección social; es un ataque cuando se destina dinero público a la beneficencia en forma de reparto de alimentos más de la mitad de lo presupuestado en atención profesional en la Red Pública de servicios sociales municipales; es un ataque cuando personas carentes de todo ingreso han de esperar casi un año para percibir prestaciones con las que satisfacer sus necesidades básicas; es mucho más que un ataque cuando una persona sin red de apoyo que garantice la cobertura de la atención de unas actividades básicas de la vida diaria que no puede realizar por sí misma, fallece en su domicilio esperando ver materializado un derecho subjetivo como es el de atención en situaciones de dependencia. Ataques silenciosos que los trabajadores sociales detectamos y denunciamos, porque los modelos y al lenguaje de la beneficencia, la caridad y el asistencialismo, entra en contradicción y pone en jaque derechos sociales ya contemplados en leyes orgánicas, además de impedir que los ciudadanos y ciudadanas sigamos avanzando en el derecho a un Sistema de Servicios Sociales Universales que garantice la cobertura de las necesidades básicas, la dignidad, la participación y el Bienestar.
Señalamos también con especial énfasis que la estrategia de la privatización está presente en multitud de iniciativas; desde la Ley de Racionalidad, a Leyes de Servicios Sociales.
Siguiendo con nuestra línea de hacer visible la necesidad de contar con unos Servicios Sociales fuertes articulados desde la Administración Local y e imprescindibles para garantizar la justicia social, la equidad y la igualdad, REAFIRMAMOS NUESTRA CAMPAÑA:
Decimos ¡HASTA AQUÍ!, porque es una infamia hablar de “recuperación” cuando condenan a la quiebra con sus recortes o eliminación de financiación a miles de proyectos dirigidos a las personas mayores, a la prevención de la desprotección de la infancia y las familias, a las personas con enfermedad mental, drogodependencias, intervención socio-comunitaria, acompañamiento hacia la autonomía, inclusión, violencia de género, hogares infantiles y juveniles… y un largo etc. que ha costado más de 30 años construir con el esfuerzo de la ciudadanía, de los/as profesionales y de las instituciones.
Decimos ¡HASTA AQUÍ!, porque no se puede destruir un sector social que genera miles y miles de puestos de trabajo y constituye una actividad económica plural, diversificada, deslocalizable y sostenible.
Decimos ¡HASTA AQUÍ!, porque se trueca el sentido de las palabras hablando de “intervenciones administrativas desproporcionadas” cuando se han dejado y se dejan enterrados en el olvido a miles de dependientes que teniendo reconocido su derecho a una prestación no llegaron a tiempo a recibirla porque las administraciones responsables no han cumplido su
obligación de garantizarla, aniquilando además de un hachazo la Ley de Dependencia.
Decimos ¡HASTA AQUÍ!, porque, siguiendo con la manipulación del lenguaje, se habla de conseguir la “estabilidad presupuestaria” cuando lo que se consigue en realidad es las desestabilización de la vida entera de miles de personas desahuciadas de sus casas, miles de jóvenes sin futuro ni educación, miles de inmigrantes sin derecho a la salud, en definitiva, una carga de profundidad contra los valores que no son “competitivos” “productivos” y que “coticen en bolsa”.
Decimos ¡HASTA AQUÍ!, porque desde el Trabajo Social, miramos cada día a la cara a muchas personas, conocemos sus rostros y sus historias de vida, sabemos que no cuentan en estos momentos con los recursos básicos para vivir con dignidad y que con estas políticas de recortes al Sistema Público de Servicios Sociales se les empuja a la exclusión y a la pobreza extrema, vulnerando sus derechos fundamentales.
Nuestra MAREA NARANJA quiere seguir produciendo oleadas de protestas y de propuestas ante la vulneración de derechos; es una obligación ética a la que nunca hemos renunciado.
Animamos a seguir poniendo líneas naranjas en los ayuntamientos, en los Centros de Servicios Sociales, en los Colegios Profesionales, en las Universidades, en los recursos dirigidos a colectivos… y con la camiseta, las cintas o las telas naranja, los carteles, las razones, las manos, y las palabras, seguir proponiendo otro modelo de recuperación económica y social, otro modelo de convivencia cuyo eje central sea la Dignidad, la Justicia Social y el respeto a los Derechos Humanos y Sociales.
Animamos a seguir poniendo líneas naranjas que además de señalar ¡HASTA AQUÍ!, tejan redes de compromiso con LO SOCIAL en los distintos territorios, haciendo visible lo que se empecinan en hacer invisible: los bienes relacionales, la proximidad, la participación ciudadana, la complicidad, el análisis conjunto de la realidad y el esfuerzo común para transformarla. Y lo decimos bien alto para que en un momento especialmente significativo de la historia política del país, nuestros representantes parlamentarios marquen en sus agendas como prioritarios los acuerdos sobre la protección social. Que los derechos sociales se cuelen en los cuadernos de los equipos negociadores, que la reforma de la CE para incluir los SS SS como derecho fundamental reclamada desde este Consejo y que la gran mayoría de los partidos políticos incluyó en su programa, sí que sea un punto irrenunciable.
La MAREA NARANJA y el ¡HASTA AQUÍ! son el símbolo del compromiso de los/as profesionales del Trabajo Social en la defensa de Un Sistema Público de Servicios Sociales que debe ser universal y que tiene que permanecer como pilar básico del Estado de Bienestar .Es el símbolo del compromiso de esta profesión con los/as ciudadanos/as de este país y especialmente con los/as más vulnerables para alcanzar un modelo social más justo, equitativo y solidario.
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