Rory Truell: “La marea naranja se debería propagar inmediatamente por todo el mundo"
RORY TRUELL (Newly, Irlanda del Norte, 1966) es el secretario general de la Federación Internacional del Trabajo Social (FITS). Hace unos días, participó en la reunión de delegados de la organización en Europa, que tuvo lugar en Madrid. Truell analiza la situación de los servicios sociales y el trabajo social en todo el mundo y defiende la necesidad de que la marea naranja se exporte a otros países.
(English version)
En un contexto de crisis, ¿cuáles son los retos para los y las trabajadoras sociales de todo el mundo?
Uno de los retos que tenemos es informar a los gobiernos del rol del trabajo social. Los y las trabajadoras sociales jugamos un papel muy importante dando apoyo a las familias y comunidades para que sean capaces de ser productivas y contribuir a la sociedad. Si quitáramos a los y las trabajadoras sociales, las comunidades y las familias no tendrían los sistemas de apoyo que necesitan. Los gobiernos no entienden la relación entre el apoyo social y la productividad económica. Por tanto, la FITS necesita continuar informando a los gobiernos sobre el trabajo crítico que hacemos los trabajadores sociales. En austeridad, las familias hacen frente a los problemas del desempleo y otros problemas sociales. Ahora somos más necesarios que nunca.
¿Cuál es la necesidad de los servicios sociales en el mundo?
En los últimos años, hay una corriente que reclama a nivel internacional el trabajo social comunitario. Muchos gobiernos han intentado empujar al trabajo social a un pequeño rincón donde los y las trabajadoras sociales solo nos dedicamos a la protección a la infancia o al trabajo de prevención. Pero los y las trabajadoras sociales hacen mucho más que eso. Ayudan a que las comunidades funcionen, ayudan a las familias a buscar soluciones con otras familias. Existe un fuerte sentimiento en todo el mundo que reclama el desarrollo de un modelo de trabajo social comunitario, porque sabemos trabajar con las comunidades y las comunidades pueden proveer recursos de ellas mismas, así como para los gobiernos. Los y las trabajadoras sociales tienen las herramientas para facilitar que las comunidades y las familias sean autosuficientes.
¿Hay un camino de vuelta? ¿Podremos volver a los niveles de cohesión social e igualdad previos a la crisis?
El problema para España y para el resto de países afectados por la austeridad es que los sistemas que hacen que una economía funcione han sufrido recortados. Las personas más cualificadas están abandonando sus países y los sistemas que dan apoyo a las comunidades para hacer buenas contribuciones a la sociedad están sufriendo recortes. Como trabajador social, mi pregunta es cuánto tardará la economía en recuperarse con todos esos recortes. Y la respuesta es que eso llevará más de una generación. Costará dos o tres generaciones para que se recuperen la economía y la sociedad, y para que las personas recuperen la confianza. Es un fallo enorme que la Unión Europea y las personas que evocan la austeridad no entiendan que si sólo se fijan en la situación económica de hoy están dejando de lado la situación económica del mañana.
¿Qué espera obtener de esta reunión?
El trabajo social, a nivel internacional, vive un momento muy excitante, porque los y las trabajadoras sociales de todo el mundo están lanzando los mismos mensajes: no a los recortes, hay que invertir en las personas… Los y las trabajadoras sociales tenemos respuestas, soluciones para los problemas de hoy. Veo esta reunión de delegados como una oportunidad para expresar de nuevo cuáles son las soluciones que damos desde el trabajo social a esta crisis económica.
¿Y qué espera de la conferencia internacional que celebrarán en agosto en Melbourne, Australia?
Una de las cosas más apasionantes de la conferencia mundial es que discutiremos la nueva definición internacional de trabajo social. Esta pone mucho más el foco en la política y en el desarrollo de las comunidades que la definición actual. Y esta es la prueba de que el trabajo social está evolucionando. Esta nueva definición también explica la teoría del trabajo social mejor que la actual, que ya tiene 10 años. Finalmente, es destacable que cuando realizamos la anterior definición, la FITS tenía unos 60 miembros en todo el mundo. Ahora somos 116, con las nuevas voces de África, Latinoamérica y Asia-Pacífico.
En España, la organización colegial forma parte de la marea naranja. ¿Debería este movimiento ciudadano expandirse a otros países?
En mi trabajo, visito muchos países de todo el mundo, donde hablo con trabajadores sociales. Una de las cosas que les digo es que miren a los trabajadores sociales de España, que miren lo que está pasando con el Consejo General del Trabajo Social. Porque aunque están bajo muchas presiones, ya que los servicios sociales están siendo desmantelados, están en las calles, tienen una campaña, tienen una buena página web y están dando confianza a los y las trabajadoras sociales, para que vuelvan a creer que son importantes. Ese es precisamente el papel que nosotros jugamos como trabajadores sociales: damos confianza a las familias en situación de crisis. Por tanto, creo que el CGTS es el mejor ejemplo del mundo del trabajo social en acción, saliendo a las calles de forma pacífica, no violenta, con colorido. Yo mantengo que ese es un modelo para cualquier trabajador del mundo. Es una ambición maravillosa. Creo que la marea naranja se debería propagar inmediatamente a Grecia, Portugal, Irlanda e Italia, países en situación de austeridad, y también al resto del mundo.
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