Comunicado del Consejo General del Trabajo Social ante la crisis humanitaria de las personas refugiadas

Desde hace más de una semana las personas rescatadas se encuentran en el Mediterráneo a la espera de recibir una autorización de algún país europeo para poder desembarcar en tierra firme. Ofrecer auxilio a las personas cuya vida corre peligro en el mar es una obligación recogida en diferentes tratados legales como la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar de 1982, el Convenio Internacional sobre Búsqueda y Salvamento Marítimos de 1979 o el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar de 1974.

Queremos también mostrar nuestro absoluto rechazo hacia la criminalización que sufren aquellas organizaciones y profesionales que se esfuerzan a diario en rescatar a las personas que se ven obligadas a arriesgar su vida en el mar cuando sus países de origen no son seguros. Estas organizaciones que rescatan vidas en el mar son la expresión de una ciudadanía comprometida con el respeto de los derechos humanos, que piden a los gobiernos europeos que se cumplan los convenios internacionales de obligado cumplimiento.

Asimismo la Federación Internacional de Trabajo Social (FITS) en el 2016 ya expuso que “Las personas refugiadas no son impotentes. Tienen importantes recursos, habilidades fortalezas y educación. Estos atributos son una base necesaria para la reconstrucción de las sociedades, que junto con las intervenciones de las trabajadoras sociales evidencian la importancia de involucrar a las personas refugiadas en la configuración de las nuevas sociedades”. En este sentido, queremos recordar que los treinta y seis Colegios Oficiales de Trabajo Social representados por el Consejo General del Trabajo Social nos encontramos siempre en disposición de colaborar con aquellos procesos que velen por el respeto de la justicia social, la dignidad humana y el respeto inexcusable de los derechos humanos.