Trabajadoras sociales piden equipos “más amplios y estables” para activar “con éxito” el nuevo modelo de Servicios Sociales
Conclusiones de la II Jornada Autonòmica de Serveis Socials del País Valencià celebrada este martes en la Universitat Jaume I de Castellón y organizada por los tres colegios de Trabajo Social de la Comunidad Valenciana junto a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.
Castellón, 22/11/2017.- Más recursos humanos, apostar por equipos de trabajo estables y actuar “paso a paso, sin la urgencia de querer poner en marcha un cambio estructural tan enorme”. Estas tres reivindicaciones resumen las conclusiones a las que ha llegado el colectivo de profesionales del Trabajo Social en la II Jornada de Serveis Socials del País Valencià celebrada este martes en la Universitat Jaume I de Castellón.
La sesión, organizada por los tres colegios de Trabajo Social de la Comunidad Valenciana y la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, reunió a más de 300 profesionales de los Servicios Sociales y representantes del mundo académico y político para abordar los avances y desafíos de las nuevas políticas del Consell en materia social.
La última mesa redonda, con las experiencias de Aspe (Alicante), Valencia, y Vila-real y la Mancomunitat Comarcal Els Ports, en Castellón, sirvió para radiografiar tanto los pasos al frente como las dificultades con las que topan las y los profesionales del Trabajo Social a la hora de implementar el nuevo Modelo de Servicios Sociales del Consell. Un conjunto de normativas en material social que sustituirá al actual, tejido sobre la realidad social de la década de los 90, para adaptarse a las necesidades del siglo XXI.
Los cuatro ponentes coincidieron en destacar que el nuevo modelo abre un periodo de “esperanza y oportunidades”. Así lo indicó Carme Sabater, del alicantino ayuntamiento de Aspe, que aplaudió “este modelo basado en el municipalismo y la proximidad con el ciudadano, con el que estamos esperanzados. Hemos empezado a hacer camino, a engrasar los engranajes que hace tiempo que no se movían, pese a las dificultades”.
Dificultades entre las que citaron la inestabilidad, hasta la fecha, de los equipos de base. “Un equipo, para poder funcionar, tiene que ser estable”. Estabilidad y recursos. “Tenemos más, sí. Pero que siguen faltando, también es cierto. Ahora la trabajadora social es la profesional de referencia, pero no es la única que necesitamos”, apuntó Ferran Senent, del Ayuntamiento de Valencia, quien reclamó también más coordinación entre administraciones y un engranaje normativo. Utilizó un símil doméstico para ejemplificar el pasado, el presente y el futuro que a medio y largo plazo se marca el sistema de servicios sociales y cómo afrontan el reto los trabajadores sociales. “Cuando entras en una cocina desordenada y sucia, no preguntas quién manda. Te pones a limpiar y a ordenar”.
Las experiencias de la puesta en marcha del nuevo modelo en el caso castellonense las expusieron las trabajadoras sociales Pilar López, del Ayuntamiento de Vila-real, y Anna Garcia, de la Mancomunitat Comarcal Els Ports. La primera puso sobre la mesa la necesidad de reforzar “las herramientas de supervisión de casos”, de apostar por un “sistema activista y no reactivo” y “más soporte emocional para los profesionales de los Servicios Sociales, que es tan importante como la mejora de la calidad técnica”.
“En los pueblos en los que trabajo dicen que tota pedra fa paret”, explicó por su parte Anna Garcia para reivindicar la corresponsabilidad de todos y todas las trabajadoras sociales, junto a la Administración e instituciones como la universidad, en la construcción del nuevo modelo.
Por último, y poniendo como ejemplo el factor distancia que marca el día a día de quienes habitan en esta comarca del norte de Castellón, pidió que el nuevo sistema tenga en cuenta el territorio a la hora de implantarse para llegar a toda la ciudadanía. “En educación y sanidad se tiene muy claro. Pero no en Servicios Sociales y lo sufrimos día a día”, concluyó.
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