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Consejo

2008-2013: Balance de daños

Algunos indicadores saludan ya el final de la crisis después de un lustro atroz La factura es devastadora: los españoles son más pobres, tienen peor salud mental, hay menos ayudas públicas, la brecha de las desigualdades ha crecido...

Cosas básicas que ahora son lujo

Anu Ro

Cosas básicas que ahora son lujo

Anu Rodríguez cree que el vendaval de la crisis ha dinamitado el Estado de bienestar. “Habíamos ido creciendo en prestaciones y logros que se han esfumado”, dice. Tiene 47 años y lleva 24 trabajando en los servicios sociales del Ayuntamiento de Mejorada (Madrid). Desde que comenzó a empeorar la situación económica se siente “como un pulpo con muchos tentáculos” que intenta cubrir las peticiones de todos los que solicitan ayudas sociales. “Son cada vez más, y los apoyos, cada vez menos. Para muchos somos su único recurso”, dice. Esta trabajadora social reconoce que cada día se va a casa más afectada: “Las ayudas están tardando en llegar un año y medio y nos encontramos familias que no tienen ni para pagar una vacuna o una prótesis dental. Las cosas que antes eran básicas ahora son un lujo. Es dramático”.

Cosas básicas que ahora son lujo

Anu Rodríguez cree que el vendaval de la crisis ha dinamitado el Estado de bienestar. “Habíamos ido creciendo en prestaciones y logros que se han esfumado”, dice. Tiene 47 años y lleva 24 trabajando en los servicios sociales del Ayuntamiento de Mejorada (Madrid). Desde que comenzó a empeorar la situación económica se siente “como un pulpo con muchos tentáculos” que intenta cubrir las peticiones de todos los que solicitan ayudas sociales. “Son cada vez más, y los apoyos, cada vez menos. Para muchos somos su único recurso”, dice. Esta trabajadora social reconoce que cada día se va a casa más afectada: “Las ayudas están tardando en llegar un año y medio y nos encontramos familias que no tienen ni para pagar una vacuna o una prótesis dental. Las cosas que antes eran básicas ahora son un lujo. Es dramático”.dríguez cree que el vendaval de la crisis ha dinamitado el Estado de bienestar. “Habíamos ido creciendo en prestaciones y logros que se han esfumado”, dice. Tiene 47 años y lleva 24 trabajando en los servicios sociales del Ayuntamiento de Mejorada (Madrid). Desde que comenzó a empeorar la situación económica se siente “como un pulpo con muchos tentáculos” que intenta cubrir las peticiones de todos los que solicitan ayudas sociales. “Son cada vez más, y los apoyos, cada vez menos. Para muchos somos su único recurso”, dice. Esta trabajadora social reconoce que cada día se va a casa más afectada: “Las ayudas están tardando en llegar un año y medio y nos encontramos familias que no tienen ni para pagar una vacuna o una prótesis dental. Las cosas que antes eran básicas ahora son un lujo. Es dramático”.

Consejo General del Trabajo Social

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