Comunicado | El Consejo General se une a la celebración del Día Mundial de la Salud Mental
Hoy 10 de octubre de 2019, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, un día para reflexionar y una oportunidad para informar y sensibilizar a las administraciones, entidades, profesionales y ciudadanía en general sobre la realidad de la salud mental.
Este año la celebración del día se centra en la Prevención de conductas suicidas y según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), se produce una muerte cada cuarenta segundos, convirtiéndose en la segunda causa principal de defunción en el grupo de 15 a 29 años. Sin embargo, no podemos olvidar que, por cada suicidio, existen un mayor número de tentativas.
En España se producen 10 suicidios al día; uno cada dos horas y media. Siendo la primera causa de muerte no natural, generando casi el doble de muertes que los accidentes de tráfico. En concreto, en el año 2017, fallecieron un total de 3.679 personas, de las cuales 2.718 fueron hombres y 961 mujeres, suponiendo un aumento con respecto a años anteriores (6%). Cifras extraídas de los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en diciembre de 2018. Sin embargo, a pesar de los datos expuestos y su dimensión, el suicidio sigue estando fuera de agenda política, rodeado de mitos y falsedades. Lo que dificulta un abordaje y una prevención en profundidad.
Desde el Consejo General del Trabajo Social en el Día Mundial de la Salud Mental dedicado a la Prevención de conductas suicidas, consideramos oportuno resaltar que no todas las personas suicidas han tenido problemas de salud mental. Es cierto que hay un porcentaje alto del mismo, pero también hay que decir que no necesariamente hay que padecer un trastorno mental para hacerlo. La casuística es múltiple y este apunte es importante a la hora de iniciar proyectos de prevención.
Como apunta Julio Piedra, presidente del Colegio Profesional de Trabajo Social de Huelva y miembro de Nuestras Voces, el Trabajo Social es una profesión comprometida con los procesos de bienestar integral de las personas, y, en este sentido, los/as profesionales del Trabajo Social tienen múltiples funciones en el ámbito de la salud mental, entre ellas: atención directa, atención continuada o en periodo de crisis, prevención e inserción social, formación, y coordinación. De ahí la importancia de que los/as trabajadores/as sociales se encuentren en todos los dispositivos de salud mental, cuyos objetivos son mejorar calidad de vida, grado de autonomía personal, familiar y social.
Asimismo, no queríamos dejar pasar la oportunidad de resaltar varios aspectos sobre la realidad de las conductas suicidas:
• Resulta fundamental que los/as profesionales sanitarios y no sanitarios conozcan y comprendan la realidad del suicidio a través de la información contrastada.
• Los/as profesionales del Trabajo Social son uno de los pilares básicos del tratamiento, junto con otras profesiones (psiquiatría, psicología, medicina, enfermería, etc.), tanto en los/as pacientes como en su entorno familiar y laboral.
• En el suicidio intervienen factores de riesgos prevenibles y tratables.
• Importancia de apoyar al tejido asociativo y a los grupos informales (conformados por personas afectadas, familiares, amistades, personas voluntarias, etc.)
• Valorar a los grupos de supervivientes que apoyan a quienes pasan por este difícil momento en el que la culpa y la impotencia en muchas ocasiones obstaculizan la elaboración del duelo.
• Importancia de trabajar y abordar el estigma que rodea a estas muertes.
• Abrir las puertas de los centros educativos para hablar de la problemática sin tabúes.
• Importancia de desarrollar e implantar protocolos de prevención a nivel nacional en diferentes espacios públicos como centros educativos, centros de trabajo, etc.
En el Consejo General del Trabajo Social en coordinación con los 36 Colegios Oficiales de Trabajo Social, seguimos trabajando y continuaremos realizando esfuerzos por el reconocimiento del Trabajo Social Sanitario como profesión sanitaria, por la importancia de la formación continuada (en este caso en materia de salud mental) y por la presencia del profesional de Trabajo Social en cada dispositivo de salud mental.
Como presidenta del Consejo General del Trabajo Social no quisiera terminar sin reconocer y subrayar la gran labor que realizan los grupos informales de supervivientes, así como hacer hincapié en la idea de que una persona suicida es una persona que sufre y que necesita apoyo profesional, institucional y de toda la sociedad.