Comunicado | El Consejo General se une a la celebración del Día Universal de los Derechos de la Infancia
El 20 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Universal de los Derechos de la Infancia. Este año coincide también con la celebración del 60 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y el 30 Aniversario de la Convención de los Derechos del Niño (1989). Estos textos legales son fundamentales en el reconocimiento no solo de la obligada protección hacia los menores, sino también en el reconocimiento de estos niños y niñas como sujetos de pleno derecho.
La Convención de los Derechos del Niño es el tratado internacional relacionado con los Derechos Humanos, que ha sido más ratificado y aceptado en la historia. Sin embargo, la realidad es que muchos de los derechos que se recogen en este texto como el derecho a la salud, a la educación, al juego, a la vida familiar, etc. no están siendo respetados en numerosas partes del mundo. Actualmente siguen existiendo menores que sobreviven en la más absoluta pobreza; niños y niñas que están siendo obligados a trabajar durante largas jornadas; niñas que son vendidas para ser casadas con hombres adultos; menores que no conocen lo que es ir al colegio, etc. La celebración de este día nos recuerda que todos los niños y niñas tienen derechos reconocidos universalmente, independientemente del lugar donde hayan nacido. Así pues, los menores deben estar libres de cualquier tipo de discriminación, violencia o negligencia.
En el caso concreto de España, se ha producido un retroceso en los últimos años en la aplicación efectiva de los derechos de la infancia. A pesar de los esfuerzos legislativos y de la creciente sensibilidad social hacia la protección a la infancia, los datos recogidos por organizaciones especializadas nos hablan de la necesidad de continuar con nuestro trabajo y compromiso diario. Cifras como que el riesgo de pobreza y exclusión social afecta a más de dos millones de niños y niñas en España (Unicef) o que 1 de cada 4 menores en nuestro país son víctimas de maltrato y actitudes violentas (Fundación Anar y Save the Children), evidencian la importancia de mantener un compromiso firme en la defensa a la infancia desde el Trabajo Social. Un compromiso con la protección a la infancia, poniendo el énfasis en la prevención de situaciones de riesgo como un elemento de atención y cuidado hacia la parte más vulnerable de la sociedad.
Consideramos también fundamental en un día como hoy, no olvidarnos de los más de 30 millones de niños y niñas de todo el mundo que se ven obligados a vivir lejos de sus hogares y en muchas ocasiones, también lejos de sus familias, según datos de Save the Children. En la mayoría de estos casos, además de las situaciones traumáticas que esta decisión conlleva, se suma el maltrato recibido en los lugares de llegada. Dejar atrás tu hogar y migrar a otro lugar, a pesar de ser una decisión difícil, acaba siendo necesario cuando se debe huir de guerras, hambrunas, pobreza, inseguridad, etc.
En un momento en el que se criminaliza la inmigración, y se normalizan los discursos de odio y violencia hacia los menores extranjeros/as no acompañados/as, desde el Consejo General del Trabajo Social queremos poner el acento en la importancia de ofrecer atención integral a los más de 12.300 menores sin acompañar que hay en nuestro país (Registro oficial del Ministerio del Interior). Acoger, acompañar, proteger y favorecer un modelo de integración para estos niños y niñas menores es garantía de futuro para unas personas que ya en su corta edad, han experimentado vivencias traumáticas y dolorosas. En este sentido, la coordinación y el trabajo cooperativo entre los diferentes agentes sociales que intervienen en la protección a la infancia es fundamental para velar por una correcta protección de los derechos.
Para el Trabajo Social la atención y protección a la infancia es una prioridad. Por ello desde el Consejo General del Trabajo Social, queremos mostrar hoy y siempre nuestro compromiso con el desarrollo de políticas públicas que protejan a los niños y niñas. Todas las acciones encaminadas a mejorar la vida de la infancia son sinónimo de justicia social, equidad y bienestar para toda la ciudadanía. También para aquellos que son menores de edad y se encuentran solos/as, sin la compañía de ninguna persona adulta que pueda velar por su seguridad.