"Desde el Consejo General se está haciendo un gran esfuerzo por acercar la ética a la profesión"
La trabajadora social Cayetana Rodríguez Fernández forma parte desde 2018 de la junta directiva del Consejo General de Trabajo Social, labor que compagina con su trabajo como docente y en distintos comités de ética
La doctora y trabajadora social, maestra y pedagoga Cayetana Rodríguez Fernández es desde 2018 vocal del Consejo General de Trabajo Social. Compagina esta labor con su trabajo en el Comité de Ética de Servicios Sociales de Medina del Campo y, además, ha sido nombrada recientemente presidenta del Comité de Ética de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE).
Cayetana Rodríguez desarrolla su labor docente como profesora asociada en el Grado de Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (UVa) y en el Máster en Intervención Social en las Sociedades del Conocimiento. Es especialista en ética aplicada por la Universidad Pública de Navarra (UPNA), una materia que intenta implementar en las organizaciones de servicios sociales desde hace años.
1.- ¿Por qué decidiste estudiar Trabajo Social?
Mis padres son maestros y yo, por supuesto, hice magisterio desde el corazón. Pero había un profesor, José Manuel, que impartía psicología diferencial en la Escuela Universitaria de Magisterio de Zamora, que me animó a conocer el mundo de lo social y me enganché.
De hecho, después de tantos años, aún recuerdo que mi padre esperaba que preparase las oposiciones de magisterio, pero me dejó seguir mi camino, cosa que nunca le agradeceré lo suficiente.
2.- ¿Por qué el complemento a tu formación en pedagogía?
En realidad, tanto trabajo social como pedagogía fueron un complemento a mi formación como maestra. Mis tres hermanos mayores estaban realizando pedagogía y otra titulación en Salamanca. Yo simplemente me animé. Bueno, siendo sincera, no sé qué hubiera hecho sin trabajo social.
Tener la perspectiva educativa me ha permitido disfrutar con mis clases en la universidad y seguir aprendiendo a lo largo de mi vida laboral como clave de mejora.
3.- ¿Qué te lleva a formar parte en 2018 de la candidatura regentada por Emiliana Vicente a la presidencia al Consejo General del Trabajo Social?
Desde la casualidad hasta el consejo de una muy buena amiga que me acompaña en mis andanzas y mi hacer personal y profesional. La verdad es que siempre me ha gustado avanzar y aprender, pero siempre desde el anonimato. Esta era una gran oportunidad que me brindaba Emi como candidata.
4.- ¿Una impresión de la trayectoria del equipo en todo este tiempo a cargo del Consejo General del Trabajo Social?
Somos un equipo unido, que tiene muy clara la mejora y el cambio y que, sin duda, llevamos a cabo el compromiso ético que firmamos como Junta Directiva al empezar nuestra candidatura. Somos un gran equipo de profesionales entusiastas, entusiasmados y con gran capacidad de trabajo, que hemos puesto al servicio de la profesión nuestro tiempo, fuerzas y saber. Todo un placer, sin duda.
5.- Eres también presidenta del Comité de Ética de Servicios Sociales de Medina del Campo. ¿Cuál es tu labor?
Al margen de las funciones recogidas en la ordenanza que aprueba el reglamento del CESS de Medina del Campo, a lo largo de estos cuatro años he intentado que se consolidara un equipo con mayúsculas. Creo que únicamente el trabajo en equipo en este caso es capaz de dar respuesta desde múltiples perspectivas a la complejidad de las situaciones que se presentan. Igualmente, he insistido mucho en una formación unívoca que nos hiciera partir de los mismos conceptos de cara a la creación de un lenguaje común.
Así mismo, el criterio con el que se plantea igualmente el trabajo en el Comité de ética de COCEMFE, se orienta a procurar el proyecto de vida independiente en cualquier circunstancia de las personas con discapacidad física y orgánica.
6.- ¿Qué metodología utilizáis en este comité para trabajar en los casos que os llegan?
Esa es una gran pregunta en la que de buena gana me extendería hasta el infinito. Quedo muy bien si planteo que, de cara a la toma de decisiones éticas, se plantea una metodología deliberativa. Eso es lo que se respondería desde cualquier comité de ética que se precie. Sin embargo, aun utilizando la deliberación como modo de hacer y de enfrentarse a los problemas éticos que surgen, en el quehacer diario la perspectiva que defiendo se basa en dos partes.
La primera es la necesidad de avanzar en una metodología propia para un sistema con características específicas, como es el de Servicios Sociales. Luego está la necesidad de acoplar la metodología a los equipos, de manera que, más allá de un protocolo más, pase a ser reflexionada, asumida y asimilada por todo el equipo y, por tanto, adaptada y adaptable a cada caso.
7.- ¿Quién suele presentar más demandas al comité?
Es curioso porque la realidad es que, a pesar de los datos que aporta el último estudio publicado desde el Consejo General de Trabajo Social en el que el 95% de las profesionales afirman la existencia de problemas éticos, en estos 4 años en el CESS de Medina del Campo la demanda profesional de apoyo para la resolución de problemas éticos ha sido escasa. Se han analizado, en concreto, dos demandas que provenían del Centro de Acción Social. De cualquier forma, es un hecho habitual dentro de los CESS existentes a nivel nacional.
8.- ¿Te enfrentas a dilemas muy complejos desde la ética en tu tarea diaria como trabajadora social?
Cada día, sin duda.
9.- ¿Podrías hacer un mapa de la realidad social actual como resultado de la pandemia de la COVID-19?
Puf, no sabría ni por dónde empezar para no perder la esperanza como trabajadora social y seguir adelante con la misma ilusión y entusiasmo con el que empecé hace ya más de 25 años. Mi realidad son los servicios sociales y el reto que día a día me planteo es llevar la esencia del trabajo social a mi organización, más allá de protocolos y burocracias, para que la persona y su dignidad como principio básico sean el centro de atención e intervención. Complicado sin duda si tenemos en cuenta adonde hemos llegado: alta burocratización y un sistema que se aleja del concepto de justicia en el que creo y defiendo. Y no hablo de justicia distributiva precisamente, es decir, repartir lo poco que se gestiona, sino de defender la existencia de medidas acopladas a necesidades y realidades cambiantes y complejas.
10.- Es muy propio del trabajo social hacer un análisis DAFO desde el punto de vista de nuestro funcionamiento profesional. ¿Qué fortalezas propias te han servido en tu trayectoria profesional para enfrentar determinadas situaciones? ¿Cómo se desarrollaron dichas situaciones y cómo las percibiste desde tu óptica?
Mi capacidad de trabajo y mi prudencia en la actuación son mis características principales. Tengo un lema que se convirtió en canción un verano: pasito a pasito…. Sé dónde quiero llegar y mis líneas de actuación a nivel profesional. Puedo desviarme un poco por las coyunturas, pero vuelvo.
Hay proyectos que me ha llevado años poner en marcha y en los que creo y por los que no me rindo, aunque parezca que no avanzan. ¿Un ejemplo? Llevo desde el 2017 trabajando por la existencia de un CESS en mi organización. ¿Otro? Desde el año 2013 desde la universidad intento abrir camino a la ética y la deontología del trabajo social a nivel profesional, organizacional y del sistema, aportando mi granito de arena en la formación de nuevas generaciones de profesionales. Que se enamoren de la deontología y la ética es mi objetivo.
11.- Perspectivas futuras, desde tu punto de vista, en relación a la ética dentro del trabajo social.
Para mí es el eje que ha de guiar nuestra actuación profesional. Desde el Consejo General se está haciendo un esfuerzo importante por acercar y potenciar la ética y la deontología en y a la profesión. En este momento se trabaja en un proyecto apasionante como es la creación y consolidación de una red de comisiones deontológicas en los 36 colegios de Trabajo Social. Todo un reto que pretende gestionar el conocimiento de la profesión en este ámbito, así como generar conocimiento que apoye el avance de la profesión en la instauración de la ética en organizaciones y sistemas.
CAYETANA RODRÍGUEZ DE CERCA
1.- ¿Cuál es tu libro de cabecera en la actualidad?
¿Te ríes si te digo que el código deontológico de trabajo social?
2.- Un lema que tienes en la vida.
No rendirme ante los problemas, sino crecer con ellos.
3.- Un viaje por hacer.
Son tantos….
4.- Un momento preferido del día.
Puf, no tengo momentos zen. Mi día a día es siempre un torbellino con mil cosas que hacer a nivel profesional y personal. Demasiados proyectos en la cabeza, muchas ganas de mejorar el mundo un pelín y poco tiempo para hacerlo.
5.- ¿De qué te sientes más orgullosa en la vida?
De mi familia: mis hijos, mis hermanos, mi madre… y no es un tópico. Tengo cariño a raudales, que es lo que me da la fuerza cada mañana y lo que siempre me ha ayudado a seguir adelante cada día. Y un cariño incondicional que no pide nada, pero da todo. ¿Qué más se puede pedir?
6.- Una canción que te inspira.
‘Sobreviviré’, de Mónica Naranjo. Para mí representa la fuerza de la fragilidad. Me encanta en general la música interpretada por grandes mujeres con fuerza, creo que representa lo que en esencia somos.
7.- Una película trascendental en tu vida.
Nunca ha habido un antes y un después de ver una película. No soy muy cinéfila, lo confieso. Mi pasión es la lectura.
8.- Si no hubieras sido trabajadora social, ¿qué te hubiera gustado ser?
Maestra, sin duda alguna. De hecho, mi reto en la universidad y los cursos que imparto llevan esa impronta. Poder estar en el mundo de la educación, a pesar del gran esfuerzo que ello me ha supuesto a nivel personal es de las mejores decisiones que he tomado y llena lo que soy en esencia: hija y hermana de maestros con mayúsculas.
9.- Idea de la felicidad para ti.
Mis hijos. Soy así de clásica.
10.- Tu gran miedo.
No tener tiempo de cumplir todos mis sueños, que son sencillos, pero muchos.
11.- Un proyecto en la vida que te ilusione actualmente.
La implementación de la ética y la deontología en las organizaciones de servicios sociales y en el propio sistema. Ni más ni menos. Llevo mucho tiempo trabajando por ello y voy poniendo miguitas para que ello sea posible, que espero se conviertan en cimientos. Sin prisa, pero sin pausa.
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