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Consejo de Castilla y León

"El trabajo social necesita generar conocimiento de manera constante"

miércoles 24 de marzo de 2021 Raquel Villalón

Los trabajos de Celia Martín Cepeda y Beatriz Vigo Martínez han sido reconocidos con el I Premio TFG de Trabajo Social

Tras un año difícil, marcado por la COVID-19, Celia Martín Cepeda y Beatriz Vigo Martínez recibieron el pasado 22 de enero, en un acto a puerta cerrada, el I Premio Trabajo Fin de Grado de Trabajo Social, que otorgan el Colegio Oficial de Trabajo Social de Valladolid y Segovia y la Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (UVa).

Celia Martín Cepeda, que contó con Alfonso Marquina Márquez como tutor, ha recibido el galardón por el trabajo titulado ‘Personas afectadas de esclerosis múltiple: Un estudio cualitativo sobre calidad de vida, necesidades y atención social’. Tras finalizar sus estudios, la trabajadora social fue becaria en el Centro Ocupacional de Fundación Personas y actualmente trabaja como profesional de atención directa en las viviendas tuteladas de la misma institución.

Por su parte, Beatriz Vigo Martínez ha sido reconocida por el TFG ‘Conociendo a las personas con baja visión para promover hacia ellas actitudes positivas. Una mirada desde el Trabajo Social’, tutorizado por Teresa del Álamo. En la actualidad, trabaja para Cruz Roja en Olmedo tras pasar por el Programa de Personas en Situación de Extrema Vulnerabilidad y ejercer como asistente personal en FEAFES ‘El Puente’.

1.- ¿Por qué decidisteis estudiar Trabajo Social?

CELIA MARTÍN: No fue mi primera opción; siempre he querido estudiar Enfermería, pero no obtuve la nota suficiente, así que decidí empezar Trabajo Social porque una amiga mía, que estaba cursando el primer año, me habló de ello y me gustó. Se podría decir que no me metí a estudiar esta carrera por vocación, pero lo ha terminado siendo.

BEATRIZ VIGO: Cuando finalicé los estudios de Bachillerato tenía claro (o, más bien, eso pensaba) que continuaría mi formación en el campo de Ciencias de la Salud. De hecho, en el momento en el que empecé a conocer el trabajo social cursaba un Ciclo Formativo de Grado Superior del área sanitaria con el objetivo de acceder a los estudios de Grado. Ahí es cuando empecé a darme cuenta de que la elección que había tomado no era la correcta y de que no quería continuar por ese camino. Descubrí los estudios de Grado en Trabajo Social y me atrajo enseguida, así que decidí apostar por ello y… ¡parece que esta vez elegí la opción correcta!

2.- ¿Qué destacaríais de vuestros Trabajos Fin de Grado?

C. M.: La realización de mi TFG me permitió aprender mucho sobre el tema que escogí, y lo que más me gustó fue poder conocer más sobre ello, a partir de las experiencias de todas las personas a las que entrevisté. Pude comprobar el desconocimiento que hay acerca del trabajo social y del papel que tiene un trabajador social en este ámbito, ya que la mayoría de las personas no habían recibido ayuda y desconocían cómo podían ayudarles. Al final, el objetivo de mi trabajo era analizar la esclerosis múltiple desde un punto de vista social, para conocer la opinión de las personas sobre cómo vivían la enfermedad, y también sobre cómo la trataban los profesionales. Disfruté mucho realizando el TFG, quizá más la parte de trabajo de campo. Mi valoración general acerca de todo el proceso, sobre todo a día de hoy, es muy positiva.

B. V.: Este trabajo se compone del desarrollo de cuatro bloques que giran en torno al marco conceptual de la baja visión, al análisis de sus implicaciones funcionales y consecuencias psicosociales, a la exposición de historias de vida de personas afectadas por la misma, la campaña ‘Tengo Baja Visión’ y al desarrollo de una jornada de sensibilización en el marco de nuestra facultad. Cuando hablo del trabajo, me gusta destacar su sencillez. Los objetivos son claros, concisos y simples, y pienso que es algo fundamental cuando te enfrentas a un trabajo de investigación de este tipo. Nosotras teníamos claro qué queríamos hacer. Nos hemos acercado a una realidad centrándonos en la dimensión social, respondiendo de forma directa a los objetivos planteados inicialmente.

3.- ¿Cómo surge la idea para vuestros trabajos?

C. M.: Tenía alguna idea más, pero un día se me ocurrió centrar el tema de mi TFG en la esclerosis múltiple, ya que a mi madre le diagnosticaron esta enfermedad hace muchos años, y me pareció una buena oportunidad para saber más sobre el conocimiento que hay acerca del trabajo social y la influencia que tiene en este tipo de enfermedades. Al principio no estaba muy segura, porque en un primer momento parece todo muy complicado: cómo enfocar el trabajo, por dónde empezar, etcétera. Y, sobre todo, porque nunca había realizado una investigación; aun así, era algo que tenía claro que quería hacer desde el principio. Según avanzaba, iba estando más contenta, gracias sobre todo a mi tutor, Alfonso Marquina, que me ayudó mucho durante todo el trabajo.

B. V.: La verdad es que antes de comenzar con el TFG no tenía una idea del todo clara sobre el tema que quería trabajar. Fue Teresa del Álamo la que me introdujo en el área de la discapacidad visual, en concreto de la baja visión. Ella me supo transmitir desde el primer momento una gran ilusión por ahondar en este campo desde el punto de vista del trabajo social. He de reconocer que, al principio, la idea me asustó un poco, ya que este ámbito era prácticamente desconocido para mí. Pero, tras acercarme a esta realidad, resultó que había encontrado un tema que me resultaba interesante y me motivaba a seguir trabajando y profundizando en él.

4.- ¿En España hay trabajos de investigación suficientes para conocer más a fondo las patologías en las que os habéis basado y sus causas?

C. M.: Al realizar la búsqueda bibliográfica, encontré muchos trabajos y mucha información sobre la esclerosis múltiple, pero únicamente desde el punto de vista sanitario: causas de la enfermedad, patologías asociadas y síntomas que derivan de ella, tratamientos… Sin embargo, trabajos que trataran la enfermedad desde un punto de vista menos sanitario, desde mi perspectiva no había suficientes, o por lo menos yo no di con ellos.

B. V.: Sí y no. Depende de la dimensión que queramos abordar y comprender. Si queremos conocer, por ejemplo, la etiología o la sintomatología clínica de las patologías causantes de baja visión vamos a encontrar un amplio abanico de trabajos de investigación, porque es un área de conocimiento en la que se ha profundizado notablemente desde un punto de vista fisiológico. Si cambiamos de perspectiva y ponemos el foco de atención en la dimensión psicosocial vinculada a la existencia de estas patologías, resulta que nos encontramos con un escenario totalmente diferente. En nuestro país, esta área de investigación está muy poco desarrollada; parece que la dimensión social no es objeto de gran interés y es la gran olvidada cuando se analizan y estudian los efectos de las múltiples causas de la baja visión y cómo estas repercuten directamente en la calidad de vida de los individuos.

5.- En general, ¿qué pensáis de la poca importancia que se le da a la investigación en el trabajo social?

C. M.: La investigación, en general, creo que es muy importante y, al realizar mi TFG, me he dado cuenta de que en trabajo social también, ya que para saber acerca de un tema es fundamental investigar y darlo a conocer.

B. V.: El trabajo social, como cualquier otra disciplina, necesita generar conocimiento de manera constante. Vivimos en sociedades caracterizadas por la transformación, por el cambio. Las necesidades actuales de la población son muy diferentes a las de etapas anteriores y por ello nuestra intervención debe adecuarse a ellas. Pero esta adaptación no puede darse si no hay investigación, estudio, conocimiento que lo avale y que respalde la eficacia de esta y debemos ser nosotros como profesionales los primeros en hacer ver su importancia para el desarrollo y mejora de nuestra profesión.

El conocimiento legitima la intervención y hasta que no seamos plenamente conscientes de ello y nos impliquemos en este aspecto, no conseguiremos el reconocimiento que merece nuestro trabajo. El hecho de que a la investigación se le tenga una escasa consideración no es algo nuevo, sino que radica en una preocupación tardía por la ‘cuestión social’ por parte de los diferentes sistemas de protección, que han avanzado lentamente en este sector, y de la sociedad en general, y es algo con lo que tenemos que luchar en nuestro día a día.

6.- ¿Podríais realizar un análisis DAFO de vuestra experiencia con el TFG?

C. M.: Las debilidades que encontré a la hora de realizar el trabajo fueron, sobre todo, que nunca había hecho antes una investigación, ni sabía qué pasos había que seguir o cómo llevar a cabo un trabajo tan completo, que implicaba organizarse en varios meses. Además de compaginarlo con otras tareas y los exámenes finales. Por otra parte, las principales amenazas con las que me encontré, fueron el poco tiempo del que disponía para hacer la investigación y la organización del trabajo en sí, ya que no se me suele dar muy bien trabajar sin presión.

En cuanto a las fortalezas, destacaría el conocimiento previo que tenía ya sobre el tema que escogí, que tuve una actitud positiva desde el principio del trabajo y que conseguí ser muy constante con las tareas que tenía que ir haciendo. Y, por último, las oportunidades que tuve, sin duda fueron el apoyo de mi tutor en todo momento y todo lo que pude aprender de él, y las facilidades que me pusieron en la Asociación de Esclerosis Múltiple de Valladolid desde el primer momento, tanto la trabajadora social como las personas que quisieron participar.

B. V.: Analizando mi experiencia a posteriori, me resulta algo complicado realizar una distinción exacta de las cuatro dimensiones del análisis, porque lo que en un principio identifico como debilidad se transforma en fortaleza; lo mismo sucede con las amenazas y las oportunidades. La principal debilidad que me ha acompañado prácticamente durante todo el desarrollo del trabajo ha sido mi desconocimiento inicial acerca de la discapacidad visual y de la baja visión, al mismo tiempo que ha sido una fortaleza, porque es lo que me ha permitido trabajar metódicamente, ser rigurosa y prestar una atención mayor al detalle, sin ningún factor condicionante.

En lo que respecta a las amenazas, sin duda, destacaría la escasa información existente y disponible en nuestro país en torno a la baja visión y a las repercusiones que esta tiene en todas las esferas de la vida de la persona que convive con ella en su día a día y en su entorno más próximo. Este hecho supuso la oportunidad, por un lado, de dar un paso más y realizar las entrevistas y exponer las historias de vida tal y como las hemos plasmado en el trabajo y, por otro, de desarrollar un campo de investigación prácticamente oculto en el trabajo social.

7.- ¿Qué aspectos relevantes relacionados con la enfermedad habéis analizado en vuestros TFG?

C. M.: Para realizar el TFG me centré en analizar la enfermedad como tal: los síntomas que tienen las personas, cómo ha evolucionado la enfermedad, el tipo de esclerosis múltiple que tenían y en qué periodos de edad afectaba más. Pero, también me centré en el tipo de apoyos de qué disponían y quienes eran las personas que proporcionaban esos apoyos. Eso me llevó a investigar un poco más sobre el cuidador no profesional, que tiene mucha importancia en este tipo de enfermedades, ya que son ellos los que están día a día con las personas con esclerosis múltiple; y en todos los casos eran familiares con los que convivían.

B. V.: Hemos profundizado en el estudio de varios aspectos vinculados a la existencia de esta condición visual, pero aquí me gustaría resaltar el análisis que se ha realizado en torno a las implicaciones funcionales y consecuencias psicosociales de la discapacidad visual y de la baja visión. Hemos analizado detenidamente las repercusiones que tiene en la calidad de vida de la persona abordando varias de sus dimensiones, tales como el bienestar emocional, la actividad productiva, la integración con la comunidad y las relaciones sociales, sirviéndonos tanto de la bibliografía existente como del testimonio de tres personas con baja visión implicadas en el movimiento asociativo en Valladolid y en varios municipios del País Vasco.

8.- ¿Qué ha supuesto para vosotras, en todos los niveles, el reconocimiento a vuestro trabajo con este premio?

C. M.: A nivel académico, me he sentido muy orgullosa por haber podido conseguir un premio con el TFG, con el esfuerzo que ello supone, tanto en trabajo como en tiempo. Y a nivel personal, ha sido muy gratificante, imagino que por el tema en el que me centré, ya que convivo con ello diariamente.

B. V.: Tanto a nivel personal como profesional es una satisfacción. El hecho de que se reconozca de esta manera tu trabajo y esfuerzo te motiva a seguir creyendo en lo que haces, a avanzar y a mejorar día a día. Son cuatro años de formación y trabajo y pienso que no hay mejor forma de poner un punto a esta etapa que con este reconocimiento. Mi camino en esta profesión no podría haber comenzado de mejor manera.

9.- ¿Cómo recordáis el acto de entrega del premio?

C. M.: Lo recuerdo como un acto emotivo, a pesar de las circunstancias, ya que no pudieron acudir ni familiares ni amigos; pero fue grabado, así que pudieron verlo posteriormente. Tanto el Colegio de Trabajo Social de Valladolid y Segovia como los representantes de la Universidad de Valladolid nos dedicaron palabras muy bonitas, haciéndonos sentir muy orgullosas, por lo que me gustaría darles las gracias por ello, y también por haber organizado el acto y por el premio que recibí.

B. V.: Fue un día muy emocionante, me atrevería a decir que tanto para mi compañera Celia como para mí, pese a las circunstancias que estamos viviendo desde el pasado año. Volver a la facultad siempre te trae muchos recuerdos, es bonito reencontrarte con compañeros y profesores con los que has compartido varios años y gracias a los que hoy en parte estoy aquí. Solamente tengo palabras de agradecimiento, y en especial a quienes han dedicado su tiempo y se han implicado tanto en el desarrollo de la convocatoria como en el acto del día 22 de enero. Guardo un recuerdo especial de aquel día y desde aquí animo a todo el alumnado de último curso a que se presente a las futuras ediciones.

10.- ¿Qué recomendaríais a los futuros egresados, que actualmente están trabajando en su TFG?

C. M.: Sobre todo, que disfruten haciendo el trabajo, y que elijan un tema que les guste, con el que puedan aprender mucho más. Parece difícil, ya que durante esos meses están los agobios de las clases, exámenes y más trabajos, pero al final merece la pena esforzarse un poco más por la satisfacción personal que sientes al terminarlo.

B. V.: Ahora que he podido tomar distancia, lo que les recomendaría es que intenten disfrutar del trabajo y que se impliquen al máximo en él. Es la última etapa y hay que ‘echar el resto’. Es cierto que muchas veces resulta complicado, porque quizá no puedes dedicar todo el tiempo que te gustaría, pero si realmente te comprometes y crees en ello, el camino es mucho más sencillo.

Es normal fallar, equivocarse, hacer, deshacer y rehacer, y es ahí donde realmente aprendes. Hay días en los que ves realmente un avance y otros en los que no te sientes capaz ni de escribir dos líneas, y es normal. Es fundamental apoyarse en tu tutor, que no está simplemente para evaluar, sino para acompañar, guiar y enseñar y hay que aprovecharlo, perder el miedo a equivocarse y confiar en quien tienes al lado.

En lo que respecta a la defensa, que es algo que, al menos a mí, me generaba cierta preocupación, mi consejo es ¡tranquilidad! Es un trabajo propio, único, elaborado desde cero, nadie lo conoce mejor que tú mismo y eso tiene que quedar claro. Aunque parezca que no, conoces todos los detalles, lo has leído cientos de veces, cada párrafo, cada frase y cada coma; ahora solamente toca demostrarlo en unos pocos minutos.

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