La percepción de los inmigrantes en España
Cuando se habla de inmigración, las falacias y los tópicos están a la vuelta de la esquina. Es más, en época de campaña electoral los argumentos que generalmente se pueden escuchar en la barra de un bar se trasladan al terreno político. El número de extranjeros, la criminalidad, la percepción del inmigrante como un competidor peligroso tanto en el mercado de trabajo como en las prestaciones sociales son sólo una pequeña muestra del tipo de razones de quienes se declaran partidarios de una reducción drástica de los flujos migratorios.
Un estudio promocionado por la Obra Social La Caixa intenta desmontar estos tópicos a través de un análisis riguroso de los datos disponibles sobre este tema. Por una parte, el estudio examina el acceso de los inmigrantes a los servicios sociales, al sistema sanitario y educativo; por otra, analiza la contribución de la población inmigrante al sistema de protección social, tanto desde el punto de vista de las contribuciones con sus propias cotizaciones e impuestos como con su provisión de servicios personales y de cuidado.
El balance ha sido claro: los inmigrantes que residen en España aportan más al Estado del Bienestar de lo que reciben, aproximadamentes tres veces más. Los inmigrantes representan hoy en día el 12,17% de la población de España, más de 5,7 millones de personas, frente al 2,28% del año 2000. El rápido crecimiento de la población extranjera en España se ha producido en los años de bonanza económica, de 2000 a 2006, contribuyendo de manera decisiva a crear riqueza.
“El 50% del superávit de las finanzas públicas en los años de mayor crecimiento económico correspondió a las aportaciones de los inmigrantes”, ha dicho Francisco Javier Moreno, autor del estudio junto a María Bruquetas. Moreno ha resaltado que “menos del 1% de los perceptores de pensiones son extranjeros”, y que la gran mayoría de ellos se encuentran “en plena etapa productiva”, proporcionando una aportación positivas a las entradas del Instituto Nacional de la Seguridad Social” (INSS), un dato que seguirá manteniéndose así durante las próximas dos décadas.
Los inmigrantes recurren un 7% menos que la población autóctona al médico de cabecera y un 16% menos al especialista, pese a que acudan un 3,2% más a los servicios de urgencias. El gasto sanitario absorbido por los inmigrantes equivale al 5% del total. Este gasto ha crecido significativamente desde el año 2000, fecha en la que se situaba al 1%; no obstante, el dato sigue siendo bajo en proporción al porcentaje de inmigrantes sobre la población total.
El estudio observa también que los inmigrantes, que actualmente representan el 30% de la población pobre, frente al 18% de los españoles, reciben sólo el 6,8% del total de las intervenciones de los servicios sociales. De éstas, el 60% tienen por objeto informarles de sus derechos o derivarles hacia otras instituciones.
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