"Veo con preocupación las diferencias de género normalizadas en las generaciones jóvenes"
La trabajadora social María José Salvador acaba de abandonar el servicio activo en la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León
María José Salvador Pedraza ha finalizado recientemente su servicio activo como trabajadora social de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León en su sede de Palencia. Tras más de cuatro décadas dedicada plenamente a su profesión y a la vida colegial, donde ha aportado sus amplios conocimientos y saber adquiridos a lo largo de los años, ha llegado su merecida jubilación.
En su extensa trayectoria ha vivido múltiples experiencias en la administración central y autonómica, así como en el Senado de España y como profesora asociada en la Universidad de Valladolid. Es autora de varias publicaciones sobre temas de intervención social y socio sanitaria, calidad de servicios y ética. Durante años ha trabajado en la mejora proactiva de la planificación, organización y gestión de los servicios sociales, siempre bajo un referente de búsqueda de potenciar un funcionamiento centrado en las necesidades de las personas.
1.- Ha dedicado parte de los últimos años de su labor profesional a su trabajo en la Gerencia de Servicios Sociales en Palencia. ¿Cuál ha sido la experiencia más positiva que ha encontrado? ¿Y la más negativa? ¿Qué reflexión se deriva de ambas?
Después de una interesante y enriquecedora experiencia de años de trabajo en las unidades administrativas centrales de la actual Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León, colaborando desde el inicio en el soporte técnico en la implantación y desarrollo del Sistema de Servicios Sociales de nuestra Comunidad, en coordinación con las corporaciones locales, así como en su planificación estratégica y a nivel de los planes sectoriales de acción social, el poder implementar la actividad profesional en el ámbito cercano de mi propia provincia, desde distintas áreas de trabajo, ha constituido una positiva oportunidad.
En cuanto a experiencia negativa, las dificultades que han podido surgir a lo largo de tantos años, sobre todo en lo correspondiente a la escasez de recursos suficientes, se han ido solventando, siempre enfrentando los problemas desde el enfoque constructivo de búsqueda de soluciones y planteamiento de propuestas técnicamente fundamentadas. Por ello han quedado integradas, dentro del proceso de aprendizaje continuo, como una oportunidad de valorar prioridades, adquirir mayor experiencia y bagaje, sin que ahora las pueda reseñar en negativo. La reflexión que derivo de esas experiencias es la de no dejar que lo negativo nos bloquee, sino que se convierta en retos para avanzar en propuestas técnicas y sin dejar de luchar por ellas.
2.- Una pregunta obligada: ¿Qué balance realizaría de los últimos meses de crisis con motivo de la pandemia originada por la Covid-19 dentro de su ámbito de trabajo y la forma de superar los obstáculos que se han ido presentando?
Se han realizado estudios e informes distintos con colaboración de profesionales de trabajo social, sobre todo de los ámbitos de salud y de servicios sociales de Castilla y León, así como de la estructura colegial, que muestran el incremento de la vulnerabilidad y demandas, así como el esfuerzo que, durante muchos meses, se ha realizado para desarrollar la mejor atención, desde una consideración de servicios esenciales, en condiciones adversas. En mi lugar de trabajo, en esa misma línea, tuve la posibilidad, durante toda la pandemia, de ejercer mi tarea de forma presencial. En las sucesivas fases, según iban surgiendo temas, pude colaborar de forma transversal, sin considerar únicamente las funciones propias sólo de mi puesto de responsabilidad habitual. Se trataba de brindar servicio y dar apoyo donde se precisase. En ese sentido, hago un balance positivo del trabajo institucional que, como parte de un equipo, realicé en la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de Palencia. Trabajo que, por otro lado, sentí valorado y reconocido, pese a las importantes incidencias que fueron surgiendo.
El tener una larga experiencia de trabajo social, junto con la de otras personas compañeras, unido a una actitud proactiva, creo que fue un elemento facilitador para poder mantener el ánimo, la competencia profesional y la resiliencia que se precisaba. Considero, además, que la valoración sobre nuestra labor profesional en muy distintos e importantes frentes en mi organización salió reforzada.
3.- ¿Considera importante para el trabajo social sistematizar las experiencias profesionales como brújula para los demás profesionales?
Por supuesto. Sistematizar experiencias, documentar nuestra práctica profesional con sus objetivos, metodología y resultados positivos, e incluso negativos, sirve para la trasferencia de conocimiento y el intercambio enriquecedor, a modo de brújula para el resto de profesionales con interés en determinado ámbito de intervención social. Es un aspecto importante y poco trabajado todavía, para la mejora de la calidad de las intervenciones. En mi caso, he procurado colaborar en hacer esa sistematización e invito a avanzar en esa línea, incluso con el apoyo de la estructura colegial, pero incluyendo en esas experiencias no sólo procedimientos sino también reflexión sobre ética aplicada, a modo de referencia de buenas prácticas.
4.- ¿Cree que hay confianza en las instituciones, como organismos de recepción de denuncias, acompañamiento y protección?
Pese a la extensión de los servicios o recursos públicos orientados al bienestar y su importancia en un estado social, es paradójico que, en mi opinión, se esté produciendo una progresiva percepción negativa de los organismos de ayuda, acompañamiento y protección. Creo hay riesgo de pérdida de derechos y de vuelta a posiciones benéfico- asistenciales o incluso de mayor protagonismo social de las organizaciones privadas de caridad. La pérdida de financiación proporcional a las necesidades, los recortes y la escasez de inversión en recursos necesarios, así como una función más de gestión y control de prestaciones que de relación de ayuda y acompañamiento, pueden contribuir a esa pérdida de confianza. Desde el trabajo social tenemos un importante reto en este sentido y hay que estar alerta, contribuyendo, tanto a nivel de compromiso personal desde nuestra praxis, como desde las instituciones, organizaciones profesionales y ciudadanas, en la defensa de los derechos sociales y justicia social. Es algo inherente a su vez a nuestra identidad profesional superando las funciones de mera gestión.
5.- ¿Cómo ve el papel de las instituciones respecto al liderazgo de las mujeres? ¿Y el papel del gobierno y de las administraciones respecto a la igualdad?
En mi trayectoria personal y profesional, tanto el tema de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres como las cuestiones de género han sido siempre de suma importancia. De hecho, ya en el año 1986 fui promotora de la constitución de una entidad asociativa en favor de la igualdad de oportunidades, que puso en marcha en Palencia una de las primeras Casas de Acogida de España para mujeres víctimas del maltrato machista.
Los poderes públicos y las administraciones deben aumentar su papel de poner todas las herramientas legales, de planificación y políticas transversales para ser garantes de la igualdad y no discriminación de género. Asimismo, establecer estrategias de utilidad para promover un mayor liderazgo y presencia de las mujeres en los ámbitos donde están infra representadas.
Más de la mitad de la sociedad la integran las mujeres y pese a la cultura dominante es preciso no dar pasos atrás en materia de igualdad. Veo con preocupación, como mujer, profesional de trabajo social y ciudadana, la persistencia de micro machismos y las diferencias de género vividas de forma “normalizada” en las generaciones más jóvenes. Luchar contra esto es una responsabilidad de gobiernos, responsables políticos e instituciones. Nuestra profesión tiene también un compromiso deontológico de denuncia de las discriminaciones y situaciones de desigualdad injusta.
6.- Hablamos de empoderamiento de la mujer, pero, ¿es efectivo este empoderamiento si no se hace una labor de educación a los hombres con respecto a la igualdad?
El empoderamiento significa tener el “poder” de ejercer la dignidad como persona, de decidir, de ser libre, en igualdad tanto de oportunidades como de posiciones y sin diferencias por razón de género. Para avanzar en conseguir esa sociedad igualitaria se precisa una labor educativa en ese sentido de hombres y mujeres, como seres que la conforman. Pero la progresiva toma de conciencia de la mujer y su empoderamiento proactivo creo constituye un elemento muy efectivo en ese proceso. Cuántas más mujeres con mayor conciencia de sus derechos exigibles y capacidades, más posibilidades de avanzar en igualdad y de dejar de aceptar lo inaceptable.
7.- Ha dedicado muchos años de su trayectoria profesional al trabajo en el marco de los colegios profesionales y del Consejo Regional de Trabajo Social de Castilla y León. ¿Qué destacaría de todo este tiempo? ¿Cómo le ha enriquecido su dedicación a esta labor?
Sí, llevo más de 40 años integrada y con extensa actividad en la estructura colegial, con una participación sucesiva en las Juntas de Gobierno del Colegio de Palencia y más recientemente como vicepresidenta del Consejo Regional de Trabajo Social de Castilla y León. Siempre formando equipo para colaborar en la importante tarea de defensa, reconocimiento, desarrollo y promoción de nuestra profesión. Y de todo ese tiempo destaco la oportunidad de sentirme asociada para trabajar en algo muy valioso, relacionado con esa parte de mi vida vinculada a mi profesión, vocacionalmente elegida y que supone un eje esencial de mi proyecto vital. Trabajar en beneficio de nuestra profesión es promover también un propio beneficio personal y en pro de la población a la que damos servicio.
Así, luchar por las mejores condiciones profesionales, por la formación permanente, por aumentar los ámbitos de trabajo y los servicios a la ciudadanía, por una intervención de calidad y en dar/recibir soporte sinérgico de apoyo para aumentar eficacia y resiliencia, es un lujo y no una carga.
De todo este tiempo destacaría las personas con las que he compartido ilusión y un trabajo comprometido, para cumplir con dignidad las funciones de nuestra organización colegial. Hay que dar importancia a pertenecer a una profesión sujeta a colegiación y ese ha sido uno de mis mayores esfuerzos en el horizonte intergeneracional. No siempre se tiene claro por profesionales del trabajo social el valor de los colegios y su papel relevante, legalmente reconocido. Esto comparativamente ocurre menos en otras profesiones también colegiadas como las de medicina, la abogacía o la psicología, entre otras. Tendríamos que prestigiar más nuestra organización colegial, cuidar su funcionamiento y participar en hacer visible su papel.
La aportación que he recibido del marco colegial es intensa y creo que supera lo que he podido dar. Siempre la unión colectiva, la interacción, la cooperación y las sinergias de un trabajo conjunto suman y, en mi caso, han generado un resultado superior al de mis propias capacidades. Gracias al colegio considero que he podido ser una mejor trabajadora social, ampliar mi formación, intercambiar conocimientos, tener un mejor estatus y condiciones en el ejercicio profesional, cuidar la deontología, colaborar en propuestas de mejora legislativa o de actuaciones institucionales y superar las dificultades desde el apoyo de fondo.
8.- ¿Se valora en su justa medida el papel que desempeña el trabajo social en la sociedad?
El valor que se da socialmente a una profesión y a su desempeño en una entidad concreta, creo que va muy relacionado con el valor que ese colectivo profesional se da a sí mismo. Tal vez debiéramos trabajar nuestro empoderamiento, desde el reconocimiento de nuestro quehacer como profesionales de la relación de ayuda, que va más allá de un papel de técnicos de gestión prestacional.
Aparte de las posibles y frecuentes quejas sobre la falta de reconocimiento de nuestro papel, mi planteamiento es conseguir avanzar en hacer visible esa importancia, con propuestas proactivas y resultados profesionales adecuadamente planteados. Y una herramienta de apoyo en ese sentido pueden ser los propios colegios y sus estrategias de proyección social.
9.- ¿Qué perspectivas profesionales y personales se ha marcado de cara a esta nueva etapa?
Dejar de estar en el servicio activo no tiene que ir forzosamente asociado a olvidar la profesión ejercida ni desaprovechar la experiencia adquirida. Por ello, mi perspectiva en este horizonte es tener cierta continuidad en colaborar en formación, publicaciones y supervisión, participar desinteresadamente en estudios, grupos o comisiones de trabajo sobre temáticas en que pueda dar aportaciones, por experiencia y conocimiento, hacer propuestas fundamentadas y servir como referente reconocido en las demandas de interés profesional ante determinadas instituciones.
Me ilusiona en especial pasar a ser miembro de la Comisión de la Experiencia del Colegio de Trabajo social de Palencia, como medio para el apoyo, asesoramiento, orientación y supervisión de profesionales en ejercicio y asimismo formar parte del Grupo para el Cuidado y Autocuidado, que es una iniciativa nueva que pretende ayudar a prevenir el desgaste y queme profesional. A nivel personal, seguir disfrutando de la vida, la familia, el ocio y las aficiones con más tiempo.
MARÍA JOSÉ SALVADOR DE CERCA
1.- Un lema en la vida.
Se conecta con una frase de A. Gramsci que dice: “Hay que partir del pesimismo de la realidad para avanzar con el optimismo de la voluntad”.
2.- Si María José se perdiera, la encontraríamos en…
El Mirador del monumento del Cristo del Otero de Palencia, situado muy cerca de mi casa y con unas vistas preciosas de toda la ciudad.
3.- De qué se siente más orgullosa en la vida.
Aparte de haber sido madre de una hija llena de luz, de haber elegido la profesión de trabajo social que me ha ayudado a ser mejor persona.
4.- Un libro, una película y una canción.
‘El Principito’; de Antoine de Saint Exupéry. Una película es más difícil, pues hay muchas que me han gustado, así que voy a decir la última que he visto: ‘Los renglones torcidos de Dios’. Una canción sería ‘Como el primer día’, de Alberto Cortez, que, aunque sea de 1983, es un canto al amor siempre vigente.
5.- Un sueño por cumplir.
Que los derechos humanos pudieran ser realmente respetados.
6.- Un viaje por hacer.
He sido muy viajera a lo largo de mi vida y conozco muchas zonas del mundo. Ahora, mi viaje por hacer se fragmenta en descubrir, más profundamente, la belleza de rincones hermosos muy cercanos de nuestra región. Por ejemplo, mi próximo destino pendiente es el Cañón del Río Lobos en otoño.
7.- Una frase que te conmueva.
Diré dos: “No hay caminos para la paz; la paz es el camino”, de Gandhi, y “El camino de la juventud dura toda la vida”, de Picasso.
8.- Idea de la felicidad.
Relajarme al final del día con las piernas en alto y pensando las cosas por las que dar gracias en esa jornada, porque vivir desde la gratitud está en mi esencia.
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