DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
En el año 1992, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas estableció el día 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de las personas en situación de discapacidad o diversidad funcional en todos los ámbitos de la sociedad.
Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que 1 de cada 6 personas en el mundo se encuentra en situación de discapacidad o diversidad funcional. Se trata de un colectivo muy heterogéneo en el que la situación de exclusión social está atravesada por factores como el género; la identidad de género; la orientación sexual; la edad; la situación administrativa; la situación socioeconómica; la soledad, los apoyos o el entorno; la ruralidad; la condición de persona migrante, etc.
Según la última Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia (2020), en España un total de 4,38 millones de personas afirmaron estar en una situación de discapacidad, donde 1,81 eran hombres y 2,57 mujeres. El 75,4% tenía más de 55 o más años (siendo 3 de cada 5, mujeres).
En este 2023, el lema elegido por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) para el manifiesto del Día Internacional de las Personas con Discapacidad ha sido “Unión Europea, movilidad inclusiva y garantía de derechos para las personas con discapacidad”. Desde el movimiento se reclama una Europa Social que defienda y preserve los derechos, la inclusión y el bienestar de las personas en situación de discapacidad y sus familias; la libre circulación en el ámbito de la UE sin obstáculos y apoyos individuales; la accesibilidad universal; o el reconocimiento de la Tarjeta Europea de Discapacidad.
Desde el trabajo social, debido a la heterogeneidad de la que hablamos, es necesario que las intervenciones que se realizan con personas que se encuentran en situación de discapacidad o diversidad funcional sea una intervención personalizada al contexto y al entorno de cada persona y de su familia, teniendo en cuenta los Servicios Sociales Municipales, Comunitarios, Especializados y el trabajo en red con las entidades específicas del ámbito de la discapacidad.
Por otra parte, es necesario que como profesionales del Trabajo Social, tengamos en cuenta las limitaciones que, aún hoy en día, tienen muchas personas en situación de discapacidad a la hora de acceder a recursos, servicios o instituciones, bien sea por barreras en la movilidad, en la comunicación, en el acceso a la información, etc. Es importante tener en cuenta la perspectiva de diversidad funcional o discapacidad PARA NO DEJAR A NADIE ATRÁS. Continúa siendo necesaria la colaboración entre las Organizaciones de Personas en Situación de Discapacidad, La Administración Pública y otros organismos para trabajar de forma conjunta en los desafíos presentes y futuros.
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