Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre 2022

La World Federation for Mental Health declaró el 10 de octubre como Día Mundial de la Salud Mental, celebrándose en más de 100 países. Cada año esta Federación propone un aspecto de la salud mental y la reivindicación pública de los derechos del colectivo de personas con problemas de salud mental.

Según la Organización Mundial de la Salud, un estado de bienestar mental permite hacer frente al estrés de la vida, al desarrollo de habilidades, a aprender y trabajar adecuadamente, y a contribuir a la mejora como sociedad. Es un sustrato esencial de la salud y un derecho humano fundamental.

El modelo de vida que conocíamos hasta la fecha se tambalea por los efectos causados por la Covid-19, las guerras, los desastres naturales, el cambio climático… Las consecuencias de estos sucesos repercuten en nuestro bienestar y, en especial, en nuestro bienestar mental y social.

Una de las partes más vulnerables de nuestra sociedad, y sobre la que estos efectos están siendo más devastadores, es la infancia y la adolescencia. Las cifras nos revelan una causa urgente sobre la que actuar sin dilaciones y demora. Un estudio realizado por UNICEF informa que 1 de cada 7 adolescentes en edades comprendidas entre los 10 a los 19 años tiene un problema de salud mental diagnosticado. La ansiedad y la depresión representan alrededor del 40% de estos trastornos.

Las ideas autolíticas y suicidas aumentan cada año en todo el mundo. Se ha convertido en un problema de salud pública y forma parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En 2021, casi 9 de cada 100 jóvenes experimentó ideas de suicidio ‘continuamente o con mucha frecuencia’, cuando en 2019 esa proporción era del 5,8%.
Por ello, es necesario abordar la salud mental desde una perspectiva integradora asumiendo una mayor coordinación entre los ámbitos sanitarios, educativos y los servicios sociales, creando y generando espacios seguros. Una buena salud mental inspira conseguir un propósito en la vida, y esta debe de ser la base de toda persona.

La intervención interdisciplinar es imprescindible para mostrar distintas formas de mirar esta realidad. Para ello es necesario invertir en recursos técnicos, humanos y económicos con carácter urgente. Las personas con experiencia propia en salud mental y sus familias reivindican que la salud mental reciba la atención necesaria y urgente de los gobiernos, promoviendo la prevención, favoreciendo la intervención temprana y promocionando políticas de inclusión social. Asimismo, dotando de una estructura sólida y perdurable en el tiempo de la red de servicios comunitarios, así como servicios de apoyo accesibles, asequibles y de calidad.

La prevención, protección y promoción de la salud mental es una esfera de interés para el Trabajo Social. El bienestar emocional, psicológico y social es necesario para que las personas puedan desarrollarse plenamente; y desde el ámbito social y comunitario, el desarrollo profesional del Trabajo Social tiene una gran capacidad de acción y responsabilidad en ello.

El objetivo de esta área profesional es apoyar a las personas y familias desde su participación, capacidades personales, potencialidades y protagonismo. Solo así podremos garantizar la defensa de sus derechos humanos de forma integral, además de su inclusión social y laboral. Nuestra labor es dar una atención personalizada, acompañar, potenciar la autonomía personal, autodeterminación y favorecer la inclusión social y comunitaria, acorde a una calidad de vida óptima.

Ahora bien, la atención a la salud mental es un asunto de todas y todos. El espectro de necesidades de la salud mental es amplio y variado por lo que todas y todos debemos de avanzar y concienciarnos que fortalecer la salud mental es una corresponsabilidad.

Agradecemos la colaboración de Raquel Alario, miembro de Nuestras Voces del CGTS