"Un mal endémico de esta sociedad neoliberal actual es el nihilismo y la soledad no deseada que este provoca"

Licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y diplomado en Trabajo Social por la Universidad de Valladolid (UVa), Rafael Acebes es profesor en el área de Conocimiento, Trabajo Social y Servicios Sociales de la UNED desde 2011. Ejerce además como tutor de apoyo en red y como docente en el centro asociado de Segovia de esta universidad con venia docendi de distintas asignaturas de antropología, ciencias políticas, sociología y trabajo social. También ha sido profesor asociado en la UVa y en el Máster de Accesibilidad para Smart City-La ciudad global en la Universidad de Jaén (UJa).

Rafa Acebes es miembro del Grupo de Innovación Docente DIPASO GID2020-6 de la UNED ‘Retos docentes de la digitalización, la participación pública y social en el marco de la ODS’ y del grupo interdisciplinario de investigación sobre trabajo social ‘Historia, derecho e intervención social de la UNED: koinonia’.

Desde 1995 es trabajador social en el Ayuntamiento de Segovia, donde ocupa diversos cargos de gestión como el de coordinador de educación y juventud, director del proyecto del programa europeo de igualdad ‘Equalabel’, director del Centro Integral de Servicios Sociales de Segovia, responsable municipal de cooperación al desarrollo y asociacionismo y actualmente coordinador de los centros cívicos municipales.

Rafael Acebes fue protagonista hace unas semanas en el blog ‘En clave social’ tras obtener una calificación sobresaliente con opción a premio extraordinario con su tesis sobre la participación, coordinación y gobernanza desde el trabajo social. Desde la vulnerabilidad a la autonomía, el trabajo presentado aborda la realidad en el ámbito de la participación desde una perspectiva científica centrada en la investigación.

1.- ¿Qué fue lo que te atrajo del trabajo social para decidirte a empezar por esta carrera tu larga experiencia formativa?

Más que experiencia formativa, lo que buscaba en mi juventud era un sentido a la vida y mi deseo era orientarla a hacer cosas buenas, a una sociedad mejor…y el trabajo social ofrecía ser una profesión con vocación de servicio público para poder realizar un oficio creativo de manera integral desde la educación, la igualdad, la comunidad… Ese impulso vital fue el que me animó a estudiar trabajo social.

2.- ¿Cuándo decides empezar a investigar sobre la fatiga en la participación y por qué? ¿Y qué relación guarda con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los objetivos de la Agenda Urbana Española (AUE)?

Si algo caracteriza a las profesiones con “sentido”, entendiendo por este que su objeto de estudio e intervención pretende una mejora en la calidad de vida de las personas, es que han de ser “facilitadoras” realizando propuestas de estrategias de intervención transformadoras de la realidad de una manera concreta. Evidentemente para resolver las cosas es esencial realizar un buen planteamiento y analizar por qué vivimos en un contexto cada vez más nihilista es clave para poder resolver eso que a mi modo de ver es un problema endémico del aquí y el ahora. Si a lo anterior unimos el analfabetismo relacional de muchas personas y la desafección de lo comunitario en nuestra cotidianeidad se evidencia que es preciso atender de manera integral y no solo atajar o responder necesidades individuales que muchas veces “cargan” el peso de los problemas en las personas que los padecen. Tanto los ODS como la AUE pueden ayudar a concretar esas respuestas necesarias en un momento en el que tanto la propia naturaleza como nuestro planeta nos están diciendo que no estamos solos y que no vivimos en un mundo ilimitado.

3.- Has participado como miembro en el grupo de innovación docente DIPASO: GIG2020-6 de la UNED. ¿Cómo funcionó aquel proyecto? ¿Cuáles fueron los resultados?

Pensamos que es una magnífica iniciativa y es un proceso vivo en el que lo mejor está por llegar. Lo primero es decir que trabajar en equipo ya genera un enriquecimiento, y si además lo haces con personas brillantes académica y profesionalmente y más en el factor humano, el resultado por llegar no puede ser otro que el hacer las cosas con una mirada más amplificadora a través de procesos inteligentes donde se reconsidera lo que hacemos y vislumbramos el cómo hacerlo mejor. Tanto Antonio López Peláez, catedrático de trabajo social; Marta Lora-Tamayo, catedrática de derecho; Arantxa Hernández Echegaray doctora en trabajo social; Susana Viñuales Ferreiro doctora en derecho; como yo nos planteamos si lo que estamos haciendo normalmente es lo que queremos y, en la medida en la que tenemos capacidad, proponemos mejoras con criterio en nuestro oficio, en lo cotidiano, en el presente.

El grupo pretende llevar a cabo el acercamiento de los ODS a la sociedad en general y a los estudiantes de trabajo social en particular. La transformación digital y las nuevas tecnologías ofrecen un nuevo marco y herramientas fundamentales para nuestro trabajo. Uno de los impactos de la pandemia del COVID-19 es la aceleración de estos procesos de digitalización y tenemos que aprovechar sus ventajas en la administración, la enseñanza y en el ámbito laboral. Y para que esta transformación sea beneficiosa para las personas requiere de una mejora de los procesos (públicos y privados) que garanticen la participación de la ciudadanía en todos los ámbitos de la sociedad. De ahí la incorporación, a través de sinergias conjuntas, de técnicas, métodos y evaluaciones de sistemas de participación pública en todos los niveles de la administración que hagan posible esta transformación. Más que resultados lo que ofrecemos son “semillas” para que puedan sembrarse y dar fruto.

4.- Como investigador has participado en algunos proyectos en equipo, por ejemplo, en una estancia académica de investigación en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (México). ¿Cuál es la experiencia de trabajar con investigadores de otros países?

Todo lo que sea salir de tu zona de confort te enriquece y te aporta una mirada amplificadora. También sirve para analizar tu trabajo desde la distancia y en perspectiva comparada y, sobre todo, te hace conocer y compartir con personas que, en México, Japón, Guinea Ecuatorial o cualquier otro lugar, cada día despiertan con las mismas ilusiones y con la intención de resolver las dificultades que a veces son particulares, pero muchas son comunes sea cual sea el lugar donde nos encontremos. En este momento un mal endémico de esta sociedad neoliberal es la soledad no deseada o ese afán de querer tener “todo, siempre, para mí”. En otros lugares puedes ver que la urdimbre afectiva es esencial para poder recuperar aspectos que estamos descuidando, quizás por ese hedonismo que domina la sociedad y empapa también de alguna manera el ejercicio del trabajo social. Resulta perentorio realizar un esfuerzo para sacudirse toda la burocratización que amodorra y uniforma, mediante la reflexividad, propia y colectiva, y abrir nuevos significados en la intervención social.

5.- ¿Qué consejo darías a los actuales estudiantes que quieran, en un futuro, desarrollar su investigación en el campo del trabajo social?

No soy quien, pero, como “pepito grillo”, alentaría a que escuchen. Y desde la comprensión, en colaboración, desde un mundo que, no lo olvidemos, es compartido, hagan, con creatividad, brotar lo mejor de cada persona para poder conocer, mejorar y transformar la realidad de toda la sociedad para lograr una vida y un mundo mejor a partir de, reitero, lo concreto.

6.- ¿En este momento en qué proyecto te hayas inmerso?

Es un proyecto profesional y personal: intentar ser feliz sabiendo que la alegría es la conciencia íntima de estar “creciendo”, o quizás es mejor decir “ahondando”, sabiendo que tenemos que aprender en muchos casos a decrecer y que no se trata de hacer más, sino de hacer mejor. Ese es mi reto para el 2022.

RAFA ACEBES DE CERCA

1.- ¿Cuál es tu libro de cabecera actualmente?

Humano, más humano: Una antropología de la herida infinita, de Josep María Esquirol.

2.- Una frase que te define.

De Machado, Antonio decía: “Hoy es siempre todavía”.

3.- Un viaje que te haya sorprendido.

Todos; todo viaje es un descubrimiento.

4.- ¿De qué te sientes más orgulloso en la vida?

De lo que me ha sido dado, de la fraternidad, de la amistad, del compañerismo, del amor, de la naturaleza, de la música…, de todo lo que nos hace ser cada día mejores personas sabiendo que la vida es un regalo.

5.- Un momento crítico en tu vida, y un momento feliz.

Momentos críticos: cuando permaneces en el pasado y anhelas el futuro, un momento feliz: ahora.

6.- Si no hubieras sido trabajador social o docente, ¿qué te hubiera gustado ser?

Artesano, en algún oficio que pudiera trabajar con las manos, y músico para poder expresar con melodía los sentimientos que las palabras no alcanzan a describir.

7.- Idea de la felicidad… en estos momentos actuales.

Algo que me sugirió Natividad de la Red, no sé si con estas palabras, cuando escribíamos un capítulo del libro Comunicación para el bien común: La búsqueda de virtud, con flexibilidad y comprensión, haciendo en cada caso de la manera más idónea, siempre con las cualidades centradas en contribuir desde la ética, detectando necesidades y repartiendo responsabilidades, al bien común.

8.- Una película que no te cansarías de ver.

‘Un lugar en el mundo’, de Adolfo Aristarain.

8.- Un proyecto vital que te ilusione ahora mismo.

Dejar ya de hablar de mí y seguir haciendo camino al andar.

Consultar talleres, programas de radio, cápsulas de formación, etcétera, del grupo de innovación docente DIPASO: GIG2020-6 de la UNED: https://www.uned.es/universidad/inicio/institucional/IUED/innovacion-docente/grupos-innovacion/grupo-69/transferencia.html