Día Internacional de las personas cuidadoras: por una ley transversal de cuidados
En el Día Internacional de las Personas Cuidadoras continuamos reivindicando la necesidad y la urgencia de un pacto de estado por los cuidados para desarrollar una ley integral transversal de cuidados, así como el desarrollo de un conjunto de políticas públicas que aborden de manera integral y transversal los cuidados en Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Garantía de Rentas, Vivienda y Empleo.
El problema de la cobertura de cuidados se asentó históricamente con la división social del trabajo entre hombres y mujeres: el trabajo fuera del hogar, en la sociedad, asignado a los hombres; y el trabajo dentro del hogar, en la familia, asignado a las mujeres, lo que ha continuado reproduciéndose posteriormente en nuevas formas de patriarcado contemporáneo, sosteniendo así en el tiempo la discriminación de las mujeres.
Por tanto, incidimos en la necesidad de la inclusión de los cuidados en la agenda pública, así como el imprescindible compromiso político, social y profesional por el fortalecimiento, desarrollo y coordinación de los diferentes sistemas que sustentan el bienestar social y constituyen la base de la cohesión social.
Ha llegado el momento de un nuevo modelo social, basado en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Se requiere que haya corresponsabilidad en la conciliación personal, familiar y laboral, retribuciones equiparables para los/as profesionales que realizan mismas labores y que se trabaje para mitigar las arraigadas estructuras económicas que perpetúan la desigualdad. También se debería prestar mayor atención a la economía del trabajo de cuidado no remunerado y a las formas de compensarlo y reemplazarlo.
La segregación laboral existe y son las mujeres las encargadas en un alto porcentaje, de realizar las tareas de servicios a la comunidad, limpieza y cuidados sufriendo las peores condiciones laborales y un índice de temporalidad muy elevado.
Igualmente, las mujeres registran tasas más altas de pobreza relativa, carencia material severa, baja intensidad de empleo y pobreza extrema, y en general están en peores condiciones en casi todas las variables relacionadas con el mercado laboral.
Además, la violencia de género también es una causa de pobreza. Los y las profesionales del Trabajo Social en Servicios Sociales trabajan en primera línea de acción en la asistencia a muchas mujeres que son víctimas de violencia de género, con sus hijos e hijas menores de edad. De esta forma, vemos que hay una ingente necesidad de poner en marcha cuanto antes las medidas recogidas en el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género.
Defendemos la Igualdad entre mujeres y hombres, la compatibilidad de la vida familiar y laboral y la corresponsabilidad de mujeres y hombres en los cuidados en el seno de las familias. Es preciso reforzar el Estado de Bienestar Social también para:
- Visibilizar el impacto de género en los diferentes ámbitos de las responsabilidades familiares, de la política y de la economía.
- Armonizar los tiempos de los horarios de la vida familiar y laboral ya que mientras la carga de los cuidados siga recayendo sobre las mujeres (a costa de su salud, tiempo libre y desarrollo personal), el cuidado seguirá siendo un obstáculo para el avance de la igualdad entre mujeres y hombres.
Por ello, se hace necesario legislar y desarrollar objetivos y medidas transversales y específicas sobre cuidados. En esta línea, desde el Consejo General ya elaboramos un documento en el que proponíamos avanzar en líneas estratégicas, como son la declaración de la esencialidad de los Servicios Sociales, la prevalencia de lo público y el cuidado de las propias personas cuidadoras, entre otras. Puedes consultar aquí el posicionamiento completo del Consejo General ante el documento propuesta de una política de cuidados.
También puedes consultar el documento sobre qué son los cuidados, elaborado igualmente por el Consejo General del Trabajo Social.
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