El Consejo General del Trabajo Social conmemora el Día Europeo Contra la Pobreza Energética.

Según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, la pobreza energética es la situación en la que se encuentra un hogar en el que las necesidades básicas de suministros de energía no pueden ser satisfechas, como consecuencia de un nivel de ingresos insuficiente, y que puede ser posiblemente agravada por disponer de una vivienda insuficiente de energía. Desde este Consejo General, ponemos de manifiesto que los contextos y las situaciones que atraviesan las personas, las familias y las comunidades tienen mucho que ver con la pobreza energética, además de otros factores como las condiciones de mercado, las condiciones de vivienda y el acceso a la misma, etc.

Según los datos que arroja este mismo organismo y atendiendo a los indicadores de la Estrategia Contra la Pobreza Energética, el 9,3% de los hogares en España están en situación de pobreza energética escondida (su gasto energético es inferior a la mitad de la media nacional); un 14,3% de la población en España, es decir, 6,8 millones de personas no son capaces de mantener una temperatura adecuada en su vivienda en periodo invernal; y el 9,5% (4,5 millones de personas) tienen retraso en el pago de facturas de los suministros en su vivienda.

Las situaciones de vulnerabilidad socioeconómica en general y de pobreza energética en particular, tienen importantes consecuencias en múltiples áreas de la vida de las personas, de las familias que se encuentran en esta situación, y por tanto también para los entornos.

El papel de las y los profesionales del Trabajo Social, los Servicios Sociales Públicos en España y las Entidades del Tercer Sector es esencial en la identificación y el acompañamiento a personas y familias que están pasando por una situación de vulnerabilidad socioeconómica, así como de pobreza energética.

Por todo ello, el Consejo General del Trabajo Social se une a la petición de la prohibición permanente y definitiva de cortes de suministros esenciales a las personas en situación de vulnerabilidad.

Por otra parte, el papel de las y los profesionales del trabajo social es esencial en el liderazgo de la transformación y los procesos de cambio necesarios para revertir esta situación SIN DEJAR A NADIE ATRÁS. Tiene la responsabilidad de visibilizar y poner voz a las problemáticas y diferencias que generan situaciones de vulnerabilidad. También de prevenir estas situaciones desde los entornos individuales y familiares, y más especialmente, desde los entornos comunitarios. Es necesario que se promueva un desarrollo local que facilite el acceso a los derechos y que tenga en cuenta la participación en entornos comunitarios que modifiquen las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad, y que estas condiciones sean justas con las personas, con los entornos y con el medio ambiente. La relación entre las situaciones de vulnerabilidad, energía, sostenibilidad y medio ambiente es evidente. El trabajo social en general, y especialmente las intervenciones a nivel comunitario deben tener en cuenta la perspectiva.

El Consejo General del Trabajo Social continúa trabajando para integrar la perspectiva ecosocial y para continuar sensibilizando sobre las situaciones de pobreza energética.