El Consejo General, en las I Jornadas “Nuevas perspectivas para los Servicios Sociales”, celebradas en Cádiz
El Consejo General del Trabajo Social fue representado por su presidenta, Ana Isabel Lima Fernández, que participó en la clausura, la vocal de la Junta Ana Muñoz, que participó en la mesa ‘Pasado, presente y futuro de los Servicios Sociales en la sociedad actual’ y el presidente de la Comisión Deontológica del Consejo, Francisco Idareta Goldaracena, que impartió la ponencia marco ‘La ética en la intervención social’.
La presidenta del Consejo General del Trabajo Social, Ana I. Lima Fernández, intervino en la clausura de las jornadas, en las que se abordó la especial situación de Andalucía con la nueva Ley de Servicios Sociales, la importancia de la deontología, la historia y los retos de los servicios sociales, entre otros. La organización aprovechó la organización del evento para mostrar la exposición sobre Mary Richmond que preparó el Consejo coincidiendo con el centenario de su libro ‘Diagnóstico Social’.
Lima explicó cómo la organización colegial, con el liderazgo y coordinación del Consejo General, está preparando un Modelo de Servicios Sociales Estatal que se presentará en el segundo semestre del año.
También repasó los retos y avances de la profesión en estos últimos años. En este sentido, destacó las reivindicaciones que desde el Consejo se han ido elaborando para hacerlas llegar a los partidos políticos para que en periodo electoral las incluyan en sus programas y a los grupos parlamentarios para que las tengan en cuenta a la hora de legislar. La histórica demanda de mayores de ratios profesionales fue uno de los puntos que destacó.
Por su parte, la vocal del Consejo, Ana Muñoz, participó en la mesa redonda titulada ‘Pasado, presente y futuro de los Servicios Sociales en la sociedad actual’. Fue la encargada de analizar el presente de los servicios sociales. Para entenderlo, destacó cambios previos como la aparición de nuevas leyes, la definición de competencias en las distintas administraciones, los recortes y los nuevos perfiles de personas usuarias.
Destacó cómo la profesión, y la organización colegial, centran su lucha en dos ejes como son la consolidación de los servicios sociales como el cuarto pilar de los sistemas de protección, que incluye la Ley de Dependencia, y su defensa como un sistema público de protección. En este sentido, reclamó un sistema de normas que lo regulen, una red de centros que dé estructura y cobertura, contar con un cuerpo de profesionales que las lleven a cabo y asegurar la financiación suficiente que le permita su desarrollo.
También recalcó la lucha en defensa de los derechos de la ciudadanía y mencionó las campañas y acciones que ha ido llevando a cabo el Consejo, como son ‘Derechos sociales por la Dignidad’, la denuncia de los recortes, la exigencia del cumplimiento de los derechos de las personas, la crítica a las nuevas políticas asistencialistas, etc.
Finalmente, identificó como retos actuales conseguir que el acceso a los servicios sociales sea un derecho fundamental reconocido en la Constitución o ampliar las ratios profesionales.
“Activismo ético: un pequeño paso para el Trabajo Social, un gran paso para la ciudadanía”
Por su parte, el presidente de la Comisión Deontológica del CGTS, Francisco Idareta Goldaracena, impartió la ponencia marco titulada “La ética en la intervención social”. En su intervención, profundizó en la importancia de la formación ética y en la necesidad del activismo ético de las y los profesionales del Trabajo Social, así como en el cometido que tiene en todo ello la Comisión Deontológica, siendo este el primer acto oficial en el que ésta participaba tras su reciente creación. Avanzó también que, por el momento, la idea de la Comisión Deontológica es que cada Colegio Oficial de Trabajo Social de cada comunidad autónoma posea su propio comité de ética o comisión deontológica para poder asesorar sobre cuestiones éticas y deontológicas y promover el compromiso y el activismo ético entre las y los colegiados.
Idareta finalizó su intervención señalando que entiende el activismo ético como puesta en práctica de esa sensibilidad que nos posibilita ir más allá de la norma, más allá del código, contextualizando y personalizando la aplicación de los principios y las normas en cada caso específico. Este compromiso ético no sólo permite concebir la ética como poder positivo y transformador que hay que reivindicar para alcanzar la excelencia profesional, sino que dispone a las y los profesionales del Trabajo Social a dar siempre lo mejor de sí mismos por el bien de cada persona usuaria y, por añadidura, de la profesión, en aras de la máxima calidad técnica y ética posibles. En este sentido, el código reclama constantemente la atención del o la trabajadora social, instando a cumplir con su deber, a la par que muestra la mejor imagen de la profesión, modelándola paulatinamente gracias al esfuerzo de actualización y de adaptación del código que cada profesional realiza con sensibilidad y cordura en su quehacer diario con cada persona usuaria: “Devolvámosle la mirada y contribuyamos a que se haga realidad” espetó.
El Consejo General, en las I Jornadas “Nuevas perspectivas para los Servicios Sociales”, celebradas en Cádiz
3 y 4 de mayo
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