El papel del Trabajo Social en las personas con adicciones: muchas perspectivas para abordar un mismo problema
Más de 1.600 personas han asistido al evento online en dos sesiones que ha tratado temas como el cambio legislativo para afrontar la ludopatía, las acciones preventivas en la juventud, el cambio de perspectiva según el género o qué efectos ha tenido en las personas sin hogar o en centros la pandemia por Covid-19.
Planificado previamente al Estado de Alarma, la II Jornada sobre Trabajo Social y Adicciones se ajustó a la nueva realidad y se convirtió en dos sesiones online de formación con mesas redondas y debates. Así en este acto, coorganizadas por el Consejo General de Trabajo Social y la sociedad científica Socidrogalcohol, se inscribieron más de 1.600 personas con un perfil mayormente de Trabajo Social (87%) junto a otros perfiles profesionales sociosanitarios. Ambos presidentes de las entidades organizadoras estuvieron presentes en la inauguración y cierre, donde Francisco Pascual Pastor, presidente de Socidrogalcohol, dio las gracias al Trabajo Social por su “labor esencial, que muchas veces se olvida en las personas vulnerables”. Por su parte, Emiliana Vicente, presidenta del Consejo General del Trabajo Social, dejó claro que “las adicciones deben atenderse desde una perspectiva multidisciplinar, en la que no se puede obviar la labor del trabajo social”. Por eso deseó que en esta jornada “podamos contribuir a la mejora de la intervención del trabajo social en adicciones que en definitiva se trata también de la mejora de la atención a la ciudadanía, porque nuestra labor más importante empieza a partir de ahora.
Las primeras intervenciones no dejaron de lado la actualidad, ya que se pudo contar en la sesión inaugural con Rafael Escudero Alday, secretario general de Consumo y Juego del Ministerio de Consumo. Escudero señaló que han detectado que el juego online aumentó en las primeras semanas del confinamiento, pese a que las competiciones deportivas a las que están asociadas estaban paradas. Por eso, afirmó, el Gobierno, que actualmente está desarrollando un decreto, redujo la sobreexposición a anuncios en horario de madrugada y a la prohibición de los bonos. Sobre este mismo tema versó la ponencia de Juan Lamas, director técnico de FEJAR. Lamas recordó que el juego era algo prohibido por las leyes morales y que los primeros bingos y espacios de juegos estaban relacionados de una manera u otra a fines sin ánimos de lucro o a organizaciones benéficas. Con la aparición de las primeras tragaperras en el 81 afloran los primero tratamientos por ludopatía, De aquí al actual problema con el juego online, mucho trecho por actuar.
¿Cómo ha afectado el Covid-19 en las adicciones?
Con esta perspectiva intervenía Pedro Márquez Campos, trabajador social adjunto en el CAD de Tetuán (Ayuntamiento de Madrid). Márquez repasó los cambios que su unidad tuvo que asumir por la crisis social provocada por la pandemia. Lo más destacable, además de lo que se ha implementado a propósito por la situación, fue la gran cantidad de perfiles nuevos de personas vulnerables que no lo eran antes y que se han encontrado en situación de calle. La falta de soporte y de redes informales es lo que más perjudica en esta situación, junto a la pérdida de empleo. El experto destacó la intervención que se adaptó al teletrabajo y que el pico más problemático no surgió hasta semanas después de empezar el confinamiento, ya que las crisis vivenciales (en caso familiar con un hijo adicto o de pareja) han sido mayor al verse más expuestos por no poder salir de casa. Después, como comunes, estarían las crisis por alimentación y alojamiento. De hecho, la situación en los pisos compartidos ha sido de las peores, tanto por la tensión provocada por los problemas económicos como por el miedo al contagio.
Adelantándose a qué pasará en el Trabajo Social después de que la situación por el coronavirus se normalice, Laura Morro Fernández referente de la Comissió de Salut del Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya (TSCAT) se preguntó qué ha pasado con los pacientes y usuarios cuando todos el sistema sanitario y social se han volcado en los afectados por el COVID-19. En concreto por la salud mental y de adicciones. “Los únicos que mantuvieron abiertos reinventándose fueron los programas de reducción de daños, todo lo demás se cerró”, recordó. Morro se preguntó qué hacer con pacientes con adicciones cuando los centros estaban cerrados, su supervisión era muy complicada y muchos de los recursos asistenciales tenían la condición de no consumir. “Nos ha faltado la amplitud de miras en recursos”, por eso puso de ejemplo el albergue que gestionan en Barcelona, que tenía estructura de control de daños, permitiendo el consumo de droga sin estigmas y sin juicios sobre su realidad. Muchos de ellos han empezado programas de metadona al sentirse cuidados. “Ojalá sea una figura que se quede y se extienda por más lugares”.
Mujer y jóvenes, un trabajo especializado
La segunda sesión de la II Jornada sobre Trabajo Social y Adicciones arrancó destacando buenas prácticas y experiencias con éxito en el campo de las adicciones. Carmen López Tarazona, trabajadora social del’Associació Avant (València), puso sobre la mesa la perspectiva de género. López explicó que la manera de afrontar las adicciones y la violencia en las mujeres debe hacerse de una manera específica, ya que no acuden de la misma manera y no tienen las mismas circunstancias que los hombres. Como ejemplo puso las terapias mixtas (con hombres y mujeres), que no da la oportunidad a las mujeres de explicar sus problemas y circunstancias. Tarazona explica que este punto de vista ha hecho que cambiara la atención profesional con formación para crear un programa de intervención donde la mujer esté en el centro.
La juventud, de la misma manera, necesita otra perspectiva de abordaje. Agustí Bonifacio Guillén, miembro de la Comissió de Salut Mental del Col•legi Oficial de Treball Social de Catalunya (TSCAT), comentó su experiencia cuando la población es infantil y juvenil y en su caso las adicciones vienen de las nuevas tecnologías y de drogas muy accesibles como el cannabis. Desde cambiar la ubicación para tener un primer contacto, hasta asumir cuáles son sus intereses. Por eso destacó que lo verdaderamente importante y efectivo ha sido el buen trato, el vínculo, el reetiquetado y “el chorro de humildad”. Sobre esta población también actúa el programa Ícaro-Alcohol sobre el que habló Mª José Salvador Pedraza, vicepresidenta del Consejo Regional de Trabajo Social de Castilla y León. Dicho programa es una iniciativa sociosanitaria de prevención que se desarrolla en todas las Unidades de Urgencias de los Hospitales y Emergencias Móviles de la comunidad, en colaboración con la Red de Asistencia integral de atención a drogodependientes. Al tratarse de una actuación preventiva, socio-sanitaria y con menores, el Trabajo Social tiene su espacio en los recursos de coordinación socio sanitaria y de referencia para la intervención con menores y familias.
¿Cómo se vivió en centros terapéuticos y las unidades?
Con la introducción de Rafael Arredondo Quijada, vicepresidente del Consejo General del Trabajo Social, se pasaba al segundo bloque donde se centró la reflexión sobre cómo se vivió en diferentes unidades la pandemia. Raquel Reina Bueno, trabajadora social de la CCTT de la Asociación ARPOM (Málaga), comentó que el confinamiento les obligó a replantearse dinámicas adquiridas en el centro, cómo se enfrentaron a la escasez de recursos y las medidas de seguridad que implementaron. Por su parte, Laura Fuentes García, responsable técnica de la Unidad de Prevención Comunitaria en Conductas Adictivas (UPCCA) del Ayuntamiento de Villena (Alicante), destacó la proactividad como parte del enfoque aplicado a la situación de crisis sanitaria y social, el enfoque sistémico, la ejecución e implementación de soluciones consensuadas en equipo y el refuerzo del trabajo en red telefónico para hacer los seguimientos.
Belén Sánchez Garcés, trabajadora social y directora de Programas de Inclusión en de la Fundación Salud y Comunidad, expuso lo vivido en el Centro de Intervención de Baja Exigencia de Castellón donde interviene. Se trata de un centro de apoyo para personas en situación de alta vulnerabilidad que tuvo que adaptarse a la imposibilidad de realizar su actividad de forma convencional con radio municipal y otros recursos para sobre todo las personas drogodependientes. También pensado para las familias que sobre llevaban estas situaciones. Por su parte, Darío Pérez Madera, jefe de Departamento, y María Jesús Utrilla Moya, jefa de Unidad en Departamento de Samur Social del Ayuntamiento de Madrid, completaron la visión de lo que supuso la cuarentena para las personas sin hogar y, muchos de ellos, con adicciones. Para los expertos, “el confinamiento supuso una oportunidad para poner en marcha nuevas iniciativas de atención a las problemáticas añadidas de alcoholismo y adicciones”.
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