La Declaración Universal de los Derechos Humanos cumple 75 años.
Ayer se celebró el 75 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948), bajo el lema Human Rights 75 (HR 75). La conmemoración de este año pretende aumentar el conocimiento sobre la universalidad de los derechos humanos, especialmente entre las personas más jóvenes, inspirándolas para crear un movimiento de humanidad para luchar por la defensa de los derechos humanos. Tal y como indica Naciones Unidas “rejuvenezcamos la Declaración Universal de Derechos Humanos, demostremos cómo puede satisfacer las necesidades de nuestro tiempo e impulsemos su promesa de libertad, igualdad y justicia para todos y todas”.
Los derechos humanos surgen después de la Segunda Guerra Mundial y la creación de las Naciones Unidas. Por aquél entonces la comunidad internacional se comprometió a no permitir nunca más atrocidades como las sucedidas en ese conflicto. Los líderes del mundo decidieron complementar la Carta de las Naciones Unidas con una hoja de ruta para garantizar los derechos de todas las personas en cualquier lugar y en todo momento.
El primer proyecto de la Declaración se propuso en septiembre de 1948 y más de 50 Estados Miembros participaron en la redacción final. En su resolución 217 A (III) del 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General, reunida en París, aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Ocho naciones se abstuvieron de votar, pero ninguna votó en contra.
Setenta y cinco años después aún continuamos presenciando las atrocidades que causa la guerra y la violencia. Si observamos los acontecimientos bélicos que la humanidad padece en estos momentos, podemos decir que aún queda mucho camino por recorrer en la defensa y promoción de los derechos humanos.
El Trabajo Social y la Defensa de los Derechos Humanos.
La profesión del trabajo social no solo trabaja en defensa de los Derechos Humanos, sino que es un agente de cambio y revindica del cumplimiento de los mismos, especialmente en la aplicación de nuestra práctica profesional. Así lo recoge nuestro código deontológico, reconociendo como principios básicos la Dignidad, la Libertad y la Igualdad de todas las personas.
Hoy queremos acordarnos de grandes mujeres, pioneras del trabajo social, que lucharon por la promoción de los Derechos humanos: Jane Addams, defensora de la paz y de los derechos de las mujeres y las minorías; Octavia Hill en su lucha por reconocer a los que siempre fueron invisibilizados. Octavia categorizó la pobreza y distinguió el rol femenino dando lugar a la mujer en el ámbito académico. De igual manera lo hizo Concepción Arenal en la defensa y la promoción de los derechos de los más débiles y necesitados y en su lucha por acabar con el maltrato en las cárceles españolas de su tiempo.
Y es que el trabajo social está plagado de grandes mujeres que a lo largo de la historia de la humanidad han sido ejemplo de lucha y compromiso con los derechos humanos y es que a fin de cuentas, como decía Mary Richmond: “el fin último del trabajo social es mejorar las condiciones de vida y contribuir al desarrollo y progreso social, verdaderamente democrático que tienda a igualar las oportunidades de todos con su plena participación”.
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