La psicoterapia y otras intervenciones terapéuticas pueden ejercerse desde el Trabajo Social

El Consejo General del Trabajo Social, órgano con la máxima representación del Trabajo Social en España a nivel nacional e internacional con más de 48.000 profesionales colegiadas, tiene entre sus funciones velar por el ordenamiento y ejercicio de la profesión en todos sus ámbitos.

Reiteramos que, al igual que existen otras formas, prácticas o metodologías de intervención dentro de nuestra profesión, el Trabajo Social Clínico está reconocido mundialmente y forma parte esencial del Trabajo Social desde sus comienzos, siendo parte de la formación propia de los estudios de la profesión.

Recientemente en junio de 2023 la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW-AIETS) ha adoptado una definición de Trabajo Social Clínico, vinculada a la Definición Global del Trabajo Social (IFSW, 2014), donde se reconoce como un área especializada dentro del trabajo social, que se practica sobre todo a nivel individual, de parejas, de familias y en grupos terapéuticos, y puede ser realizado también con colectivos a nivel meso, aunque su objetivo principal son las personas a las que atiende a través de una práctica cara-a-cara a nivel micro. Las trabajadoras sociales clínicas realizan diagnósticos y valoraciones y prestan servicios orientados terapéuticamente, o realizan intervenciones socio-pedagógicas. Por tanto, es una forma especializada de intervención terapéutica de los/as trabajadores/as sociales que, aplicando las teorías y métodos que le son propios, trata de ayudar a individuos, familias y grupos a prevenir y afrontar las situaciones vitales estresantes que, debidas a factores y problemas relacionales, sociales, de salud, económicos, laborales o de cualquier otra índole, les producen malestar psicosocial y sufrimiento, utilizando para ello las propias capacidades de las personas y los recursos de su contexto socio-relacional.

A diferencia de lo que sucede en otras disciplinas, la práctica clínica del Trabajo Social no se circunscribe únicamente a la práctica en el campo sanitario, sino que se realiza en todos aquellos campos en los que es precisa la atención al malestar y al sufrimiento psicosocial: servicios sociales generales, y especializados (mujer, familias, infancia, tercera edad,…); centros educativos y formativos; empresas y centros laborales; centros sanitarios (atención primaria, especializada, hospitalaria, salud mental, adicciones,…); justicia (atención a víctimas de delitos, prisiones…), ejercicio libre, etc.

Como ejemplo, en Estados Unidos el Trabajo Social Clínico es un área de práctica especializada que se centra en la evaluación, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de enfermedades mentales, trastornos emocionales y otros trastornos del comportamiento. La terapia individual, grupal y familiar son modalidades de tratamiento más comunes y sus servicios se prestan en una variedad de entornos que incluyen práctica privada, hospitales, salud mental comunitaria, servicios sociales de atención primaria y especializada, entre otros.

Se relaciona con la terapia psicosocial, o mayormente conocida como psicoterapia, porque se establece una relación entre un profesional y un individuo, una familia, un grupo o una comunidad, con el objetivo de ayudar y acompañar al cliente a superar problemas específicos emocionales o sociales y lograr determinadas metas de bienestar. Para su ejercicio es necesaria formación especializada y cumplir con los requisitos determinados en cualquiera de la entidades acreditadoras.

El término psicoterapeuta es compartido multiprofesionalmente por titulados universitarios diferentes, asimismo la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (ISCO) y Clasificación Europea de Ocupaciones (ESCO) identifican como una ocupación independiente de la psicología, la psiquiatría y el asesoramiento.

Por tanto, en lo que se refiere a las trabajadoras sociales en España, diferentes entidades reconocen su plena capacidad para ejercer la psicoterapia u otras intervenciones terapéuticas, siempre que cumplan los requisitos mínimos de formación y experiencia determinados y, en su caso, aquellos otros que puedan ser exigidos por cualquiera de las Asociaciones de Psicoterapeutas de una u otra modalidad de psicoterapia, reconocidas y legalmente capacitadas para ello (como por ejemplo, European Centre for Clinical Social Work, la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar, la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas , entre otras).

Por tanto las trabajadoras sociales clínicas, como las trabajadoras sociales formadas y acreditadas en psicoterapia tienen que tener acceso a esta formación y práctica profesional. La práctica de la Psicoterapia y de la Terapia Familiar se ha nutrido de muchas profesionales del Trabajo Social que ejercen como psicoterapeutas, una vez que han cumplido los requisitos teórico-prácticos exigidos por los diferentes modelos de acreditación. Todas ellas además llevan a cabo su ejercicio profesional en esta esfera, ya que están capacitadas para ello.

El Consejo General, en línea con otras organizaciones profesionales y académicas del Trabajo Social a nivel internacional, está trabajando en la unificación de criterios y la definición de competencias que acrediten la práctica profesional del Trabajo Social Clínico. Esto supone definir las competencias, experiencia profesional y formación teórica requerida, entre los que será necesario definir los que sean equiparables a la formación en terapia familiar y/ o en otras modalidades de psicoterapia.

En 2020 en nuestra apuesta por hacer un acercamiento al Trabajo Social Clínico y resolver dudas, el Consejo General llevó a cabo una webinar y un seminario activo sobre Trabajo Social Clínico.

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