Y, si nos reconocemos
RECONOCER es un palíndromo. Palabras o frases cuyas letras están dispuestas de tal manera que resulta la misma leída de izquierda a derecha que de derecha a izquierda.
Y, si nos reconocemos,…. “Y me pregunto si sabemos reconocer el talento (el talento de las mujeres),…. y si sabemos reconocernos como lideresas”, palabras de la ponencia de Emiliana Vicente en las Jornadas “Trabajo Social y Liderazgo” organizadas por el Colegio Oficial de Trabajo Social de Araba.
Aunque somos una profesión feminizada, el enfoque de género, no siempre ha estado presente. Actualmente el Trabajo Social Feminista, está en alza, el movimiento feminista viene protagonizando desde hace tres siglos avances a nivel mundial y el Trabajo Social del siglo XXI no puede ser ajeno, retándonos a una necesaria alianza entre Feminismo y Trabajo Social. “Me gusta decir, que Trabajo social y feminismo son la cara de la misma moneda”.
En el liderazgo están interrelacionados el talento, el empoderamiento, el conocimiento y la cultura. ¿Por qué cuesta tanto el liderazgo femenino?, si tenemos talento y capacidad para ejercerlo.
Desde ONU Mujeres se informa que menos del 1% de las mujeres y niñas viven en países con altos niveles de empoderamiento femenino e igualdad de género, según un informe global presentado por ONU Mujeres y el PNUD en la Conferencia Women Deliver. El análisis de 114 países revela que el poder y la libertad de las mujeres para tomar decisiones y aprovechar oportunidades siguen estando muy restringidos. El escaso empoderamiento de las mujeres y las grandes brechas de género son una constante.
Las desigualdades entre hombres y mujeres siguen siendo evidentes a los ojos de quienes hasta ahora no lo hayan querido ver. Esta lucha nos muestra cuánto pierden no solo las mujeres, sino toda la sociedad, cuando no brindamos a las mujeres y las niñas las mismas oportunidades que a los hombres y los niños.
“Empoderar por tanto a las mujeres, que lideramos los cambios en la sociedad para el avance de todas las personas”.
El liderazgo está también interrelacionado con el conocimiento, para ser agentes de cambio debemos formarnos y capacitarnos. “La formación de los y las trabajadoras sociales para ser buenos/as profesionales no acaba con la titulación, empieza a partir de ahí, con el compromiso en primera persona, para seguir adquiriendo más conocimientos”.
La cultura, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a una sociedad está interrelacionada con el liderazgo feminista que se ha ido construyendo sobre las luchas de muchas mujeres.
La capacidad de encabezar equipos u organizaciones y llevarlos a buen puerto, es una calidad que puede cultivarse y perfeccionarse. En la actualidad, la rotura del “techo de cristal” hace que debamos replantearnos lo que se entiende por liderazgo femenino.
Nos encontramos en un momento de cambio, en el que es necesario redefinir nuestro rol desde el trabajo social y su esencialidad abordando nuestra función social ante el deterioro y la perversión que en ocasiones el sistema produce a la esencia de nuestra profesión. Para ello debemos reivindicar nuestro espíritu crítico, fuera de cualquier zona de confort, situando al trabajo social donde en verdad le corresponde.
“¿Sabéis por qué? Porque, un trabajo social concebido y ejercido desde la misma visión de las estructuras que quiere transformar, jamás logrará el cambio. Y si el trabajo social es transformación, cambio y movimiento, es también Rebeldía es rebelión.Esta profesión tiene que ser rebelde y rebelarse ante el laberinto burocrático que maltrata institucionalmente a las personas. El ser y el deber ser”.
Y, si nos reconocemos
Jornada de Trabajo Social organizada por el Colegio Oficial de Trabajo Social de Araba, junto con la Facultad de RRLL y Trabajo Social de la UPV/EHU y en colaboración con el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
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