El ruido de sus palabras
Desde el Trabajo Social tenemos la obligación de alzar la voz y oponernos firmemente a todas las políticas que signifiquen involución y retroceso.
<p>El pasado 13 de febrero los castellanos y leoneses votamos involución. Tras más de 35 años de gobierno del centro-derecha del Partido Popular (en la última legislatura apoyado por <em>Ciudadanos</em>), la formación de extrema derecha, Vox, lograba un resultado histórico obteniendo 13 procuradores (tercera fuerza del parlamento regional) y la posibilidad real de acceder y formar parte, por primera vez, de un gobierno dentro del Estado español. Esta involución se confirmó con el acuerdo de gobierno rubricado entre el Partido Popular y la formación xenófoba.</p><p>Repasando el conjunto de medidas pactadas entre ambas formaciones, vemos como el Partido Popular ha interiorizado el marco ideológico del <em>ruido </em>que vocea diariamente la extrema derecha española (y europea) y lo hace adoptando varios conceptos que nos deben poner en alerta por lo que significan y las implicaciones que tienen en los avances sociales conquistados en las últimas décadas.</p><p>El acuerdo PP-Vox habla de “<strong><em>violencia intrafamiliar</em></strong>” desplazando el concepto de violencia de género, diluyéndolo entre otros tipos de violencia e invisibilizando sus causas (relacionadas con la desigualdad estructural entre hombres y mujeres y las relaciones de poder-sumisión entre ambos).</p><p>El uso de esta expresión por parte de la extrema derecha no es casual ni inocente y su objetivo es restar relevancia a la violencia machista y deslegitimar el discurso feminista. Además, su uso contraviene el <em>Convenio de Estambul</em>, ratificado por España en 2014, que obliga a nuestro país a ampliar el concepto de violencia de género y lo hace, precisamente, en un contexto en el que el terrorismo machista sigue cobrándose víctimas, las denuncias siguen aumentando y asistimos con preocupación a cómo los jóvenes se incorporan a prácticas machistas de control, violencia verbal, física, abusos, etc.</p><p>En segundo lugar encontramos la referencia a la “<strong><em>inmigración ordenada</em></strong>” propio del ideario de esa extrema derecha europea de la que se nutre Vox, y que no se define directamente como racista pero si aboga por la idea de que cada raza debe vivir en su lugar de origen de una forma “<em>ordenada</em>”. Esta idea venimos observándola desde hace varios años en los discursos de la derecha más radical (también de ciertos sectores del PP) que criminalizan la inmigración, atacan a los menores extranjeros no acompañados, intoxican a la ciudadanía con bulos y <em>fake news</em>, defienden el apoyo a unos refugiados y criminalizan a otros (en función de su procedencia y color de piel), apuestan por expulsión de inmigrantes “<em>ilegales</em>”, etc. Solo hace falta observar en qué términos se refería hace unos días el líder de Vox a los jóvenes que acceden a nuestro país a través de Ceuta y Melilla hablando de “<em>invasiones de jóvenes varones en edad militar de origen musulmán</em>” alentando el miedo y el odio hacia el extranjero.</p><p>Por último encontramos en el acuerdo referencia a las políticas de “<strong><em>apoyo a la natalidad</em></strong>” que bajo una denominación aparentemente positiva o buenista esconden el ideario de organizaciones ultranacionalistas y fundamentalistas que tratan de monopolizar el discurso sobre la familia, la natalidad, el despoblamiento de las zonas rurales, etc. y apuestan por el fomento de la natalidad como medio para compensar las consecuencias de la entrada de inmigrantes a nivel cultural, identitario, etc.</p><p>Es importante el apoyo de la natalidad, pero es mucho más necesario el desarrollo de políticas públicas fuertes que apoyen las aspiraciones reproductivas de las familias. Tal y como recoge FEDEA (<em>¿Cómo mejorar la natalidad en España?</em>, 2021) son necesarias políticas sociales que ayuden a la emancipación residencial y económica de los jóvenes, políticas de igualdad de género que favorezcan la corresponsabilidad y distribución equitativa de cuidados, políticas de conciliación familiar, etc., por no hablar del fortalecimiento y defensa de unos servicios públicos de educación y sanidad, que en el contexto de nuestra comunidad autónoma han sido maltratados, especialmente en las zonas rurales.</p><p>Ante este marco ideológico que se nos trata de imponer basado en el <em>ruido </em>y el odio, desde el Trabajo Social tenemos la obligación de alzar la voz y oponernos firmemente a todas las políticas que signifiquen involución y retroceso en los avances conquistados en materia de igualdad y defensa de los Derechos Humanos.</p><p><strong>Frente a su <em>ruido</em>, nuestro compromiso por la igualdad y dignidad de las personas.</strong></p><p> </p><p><em><strong>H</strong></em><em><strong>ugo Vicente Cepa</strong></em></p><p> </p><p><em>* El Colegio Oficial de Trabajo Social de Salamanca y Zamora no se hace responsable de las opiniones expresadas en este foro.</em></p>
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