MANIFIESTO CONCENTRACION CONTRA LOS RECORTES SOCIALES
MAREA NARANJA
SALAMANCA 24 DE OCTUBRE DE 2012
INTERVENCION ELENA GUZMAN MARTIN
La concentración de hoy es una demostración de cómo entidades, colectivos, usuarios, profesionales, familias…la ciudadanía en general RECHAZAMOS los recortes emprendidos por el Gobierno y respaldados por la Unión Europea.
Todos ellos, todos nosotros, personas involucradas en la defensa del Estado del Bienestar, nos movilizamos para defenderlo. Y lo defendemos porque promueve un Estado de Derecho, derechos que asisten a todos los ciudadanos y ciudadanas por igual, con criterios de universalidad.
Los profesionales del ámbito de los Servicios Sociales, de la Sanidad, de la Educación, los Trabajadores y Voluntarios de entidades no gubernamentales, vemos a diario cómo se están vulnerando los derechos que tantos años han costado adquirir y cómo se nos aboca a prácticas contrarias a la vocación de servicio que nos llevó a trabajar donde trabajamos. Cada vez son más las familias que viven angustiadas porque no llegan a final de mes, porque no pueden pagarse los medicamentos, porque desde los Servicios Sociales ya no pueden prestarles más ayudas, o porque no han podido pagar el material escolar de sus hijos e hijas. Y vemos cómo la Renta Garantizada de Ciudadanía, que nació para cubrir necesidades de primera necesidad en personas y familias que carecen de recursos suficientes nació anestesiada y permanece, prácticamente, en un estado de coma inducido.
Los Servicios Sociales Básicos ya no dan abasto para atender al creciente número de familias que demandan su ayuda. Se calcula desde el Consejo Nacional de Trabajadores Sociales que la demanda se ha cuadruplicado en algunas prestaciones, mientras el recorte en los Servicios Sociales contemplado en el Plan Concertado se ha reducido a la mitad en los últimos presupuestos. Y se sigue hablando de futuros recortes porque como dicen algunos dirigentes “la ciudadanía respalda las políticas de austeridad emprendidas”. NO queremos volver a los tiempos de la Beneficencia en la que la graciabilidad era el criterio de la ayuda. El ser humano tiene derecho a vivir dignamente, no puede depender de la caridad de ONG,s, en tanto que es sujeto de derecho. Tal vez debamos cuestionarnos quién puede hacernos más pequeños, más débiles, más vulnerables, más pobres. Hoy lo consiguen quienes nos gobiernan en nombre de la Economía, dirigidos por un capitalismo voraz, en nombre de los poderosos que todavía quieren más poder.
Los profesionales de la Sanidad, de la Educación, de los Servicios Sociales, las ONGs, Plataformas de afectados y la ciudadanía en general sale a la calle para denunciar este recorte que afecta, principalmente, a las clases sociales más bajas.
Si analizamos el recorte y los cambios que afectan a la llamada Ley de la Dependencia nos encontramos con la paradoja de tener que esperar al transcurso de hasta dos años para acceder a la prestación de las ayudas. Un derecho subjetivo que nació para atender a las personas en situación de dependencia en la promoción y desarrollo de su autonomía personal debe esperar a que transcurran dos años sin preocuparnos si quiera dónde estará tal persona.
Los recortes sociales también tienen un significado específico de Género, pues son las mujeres quienes cuidan fundamentalmente de sus familiares en situación de Dependencia. El recorte en la Prestación Económica de Ayuda al Entorno Familiar las relega en términos de inserción laboral. Tampoco puede recortarse en la lucha contra la violencia de Género, o en programas que eduquen en la igualdad.
La Educación sufre día tras días tijeretazos que ponen en peligro no sólo la calidad y la universalidad de la enseñanza, tan importante para la sociedad del futuro. Docentes, padres y madres, alumnos y alumnas muestran su rechazo al desmantelamiento de la enseñanza pública. Según el Consejo Nacional la reducción del 11,5 % en el presupuesto de Becas y el incremento del precio del material escolar con la subida del IVA, el precio de las tasas universitarias, el desempleo de los cerca de 100000 interinos pone en peligro la educación de miles de menores y de jóvenes.
Los recortes también son drásticos en Sanidad, donde también se ha quebrado su principio de universalidad. El incremento del copago parece imperceptible para quienes dispongan de medios para ello, no para quienes llegar a final de mes resulta un juego de magia. También el adelgazamiento de la cartera de servicios empobrece la calidad del Sistema Público de Salud, o la supresión de las guardias médicas en zonas rurales alejadas del entorno urbano.
El medio rural resulta doblemente perjudicado por el recorte, pues la supresión de profesionales por criterios de ratio poblacional obliga a prescindir de servicios fundamentales hasta ahora prestados con calidad. Nuestros pueblos pequeños se queda sin profesionales y se queda sin profesionales porque se despueblan y se despueblan porque no hay futuro para ellos. El proceso de concentración de la población en las ciudades en los últimos 50 años ha generado una marginación de las gentes de los pueblos en cuanto a oportunidades y servicios. La disminución de los servicios sociales y los presupuestos correspondientes generará aun más desigualdad de trato y ampliará la brecha de la diferencia entre las personas según su lugar de residencia.
La crisis, también, nos ha hecho olvidarnos aún más de África, y de América Latina. La Cooperación al Desarrollo a través de la cual nos encaminábamos a construir una ciudadanía global ha visto reducida su partida presupuestaria de solidaridad
Y ya por último, la lacra del desempleo, que lleva a muchos hombres y mujeres de nuestro entorno más próximo a resquebrajarse, a la desesperanza y a la falta de horizontes que le ayuden a verse como ser un ser digno.
En definitiva, y por terminar, las mareas naranjas salen estos días por diferentes ciudades de nuestra geografía como símbolo de unión de todos aquellos que pensamos que el Estado de Bienestar le pertenece a nuestro Estado de Derecho y que nuestro Estado de Bienestar y de Derecho está en peligro. El aumento de la pobreza y de la exclusión social nos afecta a todos y a todas. No queremos una sociedad de ricos y de pobres, sino una sociedad en la que todos los hombres y mujeres, todos los niños y niñas seamos iguales.
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