Desde el CPTS condenamos la violencia de género.

En lo que va de año, y según las cifras oficiales del Ministerio de Igualdad, las víctimas han sido 27 mujeres. Además, dos menores de 5 y 7 años fueron asesinados el pasado 29 de junio, junto a su madre, por su padre. En total, catorce menores de 18 años se han quedado huérfanos/as.

Pero no son solo cifras. Detrás de cada asesinato hay un nombre, una historia de vida, y bien sabemos, como trabajadoras/es sociales, la importancia de la detección de indicadores de riesgo a tiempo. El entorno es clave, además de disponer de recursos de sensibilización, atención e información suficientes que procuren a las mujeres víctimas y sus hijos/as, si los tuvieran, un proceso y entorno seguro.

La violencia de género ha sido y sigue siendo una de las manifestaciones más claras de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Por ello, también hacemos un llamamiento a la responsabilidad colectiva y a la solidaridad como principio.

La solidaridad implica estar al lado de las víctimas, escuchar sus relatos sin juzgar, creer en sus experiencias y trabajar junto a ellas para encontrar soluciones seguras y sostenibles. Los y las trabajadoras sociales solidarios no solo se limitan a intervenir en situaciones de crisis, sino que también buscan abordar las causas estructurales de la violencia de género y promover cambios a nivel individual, comunitario y social.

Al promover la solidaridad como principio ético clave, los trabajadores sociales contribuyen a crear una red de apoyo sólida y empoderadora para las personas afectadas por la violencia de género. Esta solidaridad no solo fortalece a las víctimas, sino que también desafía las normas y estructuras que perpetúan la desigualdad de género y la violencia machista. La solidaridad en el trabajo social es un faro de esperanza y apoyo para quienes sufren violencia de género.

Como Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz reclamamos recursos económicos, materiales, profesionales y personales más que suficientes para frenar un problema que no cesa.