«Buscamos crear un vínculo con las personas sin hogar para ofrecerles ayuda»

Parece que ya ha llegado el frío. Por la noche, la ausencia de los templados rayos de sol obliga a usar el abrigo que durante todo el día hemos paseado en el brazo arrepintiéndonos de haberlo sacado del armario. Mientras el día se apaga y la mayoría de los ciudadanos cenan algo caliente y disfrutan del calor de sus hogares, trabajadores del Ayuntamiento de Murcia recorren las calles de la ciudad en busca de personas sin hogar que necesiten de su ayuda. Se trata de los trabajadores del Semas, el Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social del Ayuntamiento de Murcia, que desde hace casi 20 años desarrolla una gran labor social tanto con las personas sin hogar, que viven una situación grave de exclusión, como con las emergencias sociales que se producen en la ciudad en cualquier momento del día, cualquier día de la semana.

José Morales es coordinador del Semas y milita entre sus filas desde su nacimiento. Reconoce que es gratificante ayudar durante tantos años a personas que, por diferentes circunstancias, se han quedado en la calle pero, al mismo tiempo, también es desgarrador conocer de cerca esa realidad social que trascurre invisible para muchos ojos.

Este servicio municipal trabaja los 365 días del año, pero durante los meses más fríos se refuerza el dispositivo, poniendo en práctica un programa de reducción de daños conocido como ‘Campaña del frío’. «Desde el pasado mes de noviembre y hasta que las temperaturas no sean más cálidas, salimos con cierta regularidad para entregar sacos, mantas y bebidas autocalentables a las personas sin hogar para prevenir los riesgos que puedan derivarse de dormir en la calle sin el abrigo adecuado», explica José Morales. «Sea Navidad o no, sea invierno o sea otoño, siempre que las temperaturas bajan de los cinco grados, ahí estamos», subraya Morales, que, junto a otros cuatro trabajadores sociales y tres policías locales, forman el equipo del Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social del Ayuntamiento de Murcia.

Desde que comenzó la campaña el pasado mes de noviembre, el Semas ha atendido a 34 personas: 15 españoles, 5 marroquíes, 4 búlgaros, 3 argelinos, 2 ucranianos, 2 rumanos, un polaco, un turco y un lituano.

Fina Poveda, trabajadora social de este servicio, cuenta que la entrega de los materiales para paliar los efectos del frío «sirve para acercarse a las personas sin hogar, crear un vínculo y ofrecerles apoyo y su ayuda». El Semas atiende, de forma continuada, a aquellos ciudadanos que generalmente no acuden a los servicios sociales a pedir ayuda «porque se encuentran en procesos personales muy complejos y han quedado al margen», explica Poveda. «Nosotros hacemos la labor de amigos y familia para acompañarles y conseguir la inserción cuando estén preparados para dar ese paso», puntualiza.

«Facilitar una manta o una bebida caliente es una herramienta, no un fin en sí mismo”, nos explica Morales, antes de enumerar algunas de las acciones con las que estos trabajadores ayudan a los ciudadanos sin hogar: «Tramitamos su documentación, les ayudamos a iniciar un tratamiento de desintoxicación en algún centro, les acompañamos al médico, les preparamos para acudir a una entrevista de trabajo…”, señala José Morales, «junto a otras acciones que son muy laboriosas pero que realmente son lo que ayuda a minimizar un poco los daños y a conseguir la inserción».

Una de las habitaciones del edificio donde el Semas desarrolla sus actividades guarda y protege vidas enteras resumidas en macutos, carritos de la compra y cajas reforzadas con cuerdas y adhesivos. Para evitar que las personas sin hogar pierdan sus pertenencias a consecuencia del agua o de otros factores externos, este servicio municipal se ofrece a custodiar los bártulos con los que viajan y a protegerlos respetando el alto valor que que tienen para sus dueños.

Los murcianos ayudan con sus impuestos a que este servicio pueda seguir ayudando a todos aquellos ciudadanos que esta noche, igual que las demás, dormirán con las estrellas por techo. «Quizás una de las cosas que más necesitan las personas sin hogar es que nos demos cuenta de que están sufriendo y viviendo una situación compleja. Debemos reconocerlos desde la esencia del ser humano», concluye Fina Poveda.