Cuatrocientas cincuenta mujeres se reúnen para estudiar el futuro de las Asistentes Sociales
En España hay alrededor de cinco mil titulares de esta joven profesión.
Hace aproximadamente un año que el Ministerio de Educación y Ciencia otorgó reconocimiento a la carrera de Asistente Social.
Superada la etapa de individualismo profesional y rodeada ésta de la validez oficial, corresponde ahora, en un plano de urgencia inmediata, examinar con sentido de responsabilidad las situaciones administrativas, técnicas y jurídicas, con objeto de encuadrar en un marco de perfeccionamiento el ejercicio laboral de esta actividad.
Para encontrar las fórmulas idóneas a ese propósito se han reunido en Barcelona cuatrocientas cincuenta mujeres, llegadas de toda España, que desde ayer tarde intervienen en el I Congreso Nacional de Asistentes Sociales.
Durante cuatro jornadas examinarán importantes problemas en los que se centralizan las aspiraciones y el afán de superación de esta profesión. Vemos que en el temario de trabajo figuran, dentro de la problemática actual de esta actividad, los siguientes puntos: «Terminología profesional», «Definición de funciones», «Formación superior» y «Status y deontología». Se advierte, a la vista de estos enunciados, cómo la Federación Española, de Asociaciones de Asistentes Sociales pretende canalizar unas aspiraciones de mayor rango para la profesión, al tiempo que se exige asimismo un rigor también más elevado para la formación cultural de las futuras asistentes sociales, atendiendo la alta función que les corresponde en la sociedad moderna. Bajo esos auspicios inauguró ayer sus sesiones de trabajo este Congreso.
Sociología y psicología, disciplinas de base
Poco antes de la sesión de apertura, en el Salón de Ciento de las Casas Consistoriales, a cuyo acto asistió el concejal doctor Cano, que presidió en nombre, del alcalde, conversé unos momentos con la presidente de la mencionada Federación y también del Comité Ejecutivo del Congreso, doña Benita Llopis Sarrio.
Don Salvador Giner San Julián, profesor de Sociología de la Universidad de Readtng (Inglaterra), pronunció una conferencia sobre «Sociología y trabajo social», anfe numeroso auditorio.
—¿Quiénes son las asistentes sociales?
He aquí una pregunta obligada, toda vez que se trata de una profesión que no tiene todavía un ancho campo de reconocimiento. «La asistente social es un profesional que ayuda a promover potencialidades del individuo, asistiéndole en todas aquellas circunstancias en las que precisa un tratamiento singular para superar problemas individuales o de grupo.»
1—¿En qué ambientes actúan preferentemente?
—El campo de acción es ilimitado, pero se centra de ma.nsra especial en las Zonas suburbiales, escuelas, lugares de trabajo, hospitales, es decir, allí donde hay un contingente de personas que tengan problemas humanos.
Para desempeñar esta misión, de profundo contenido social es necesaria una gran vocación, y sin duda la delicadeza y sensibilidad de la mujer.
Sólo con una generosa dosis de humanidad es posible llegar a la raíz de los problemas que corresponde tratar a las asistentas sociales, quiénes por añadidura cuentan con una formación en la que son disciplinas de base la Sociología y la Psicología, además de los mét&dos propios de la profesión. Se requiere, para hacer el ingreso en una de las escuelas reconocidas, el título de bachillerato superior o cualquier otro de grado medio.
La carrera consta de tres cursos y una reválida.
Necesidad de una formación superior
—Pero pretendemos —me dice la señorita Llopis— que la’ formación de base de nuestra carrera sea más extensa y profunda y que se llegue a la máxima equiparación a otros títulos superiores, o sea posible el acceso a ellos mediante estudios complementarios. Es decir, que para cursar estos estudios se exijan los mismos requisitos académicos que para comenzar otras disciplinas universitarias.
Es evidente que las asistentes sociales, ahora reunidas en Barcelona, desean incorporarse con todas sus consecuencias, empezando por exigirse a sí mismas una preparación más rigurosa, a la evolución social de nuestro tiempo, salvando los desfases que aún existen en esta actividad. Podríamos decir, en frase de la ponencia que estudiará este tema, que se trata de «una toma de conciencia respecto a la necesidad de una formación superior, a la vista die lo que la sociedad española necesita en este campo».
Para la mujer española asoma, sin duda, un amplio camino de posibilidades en este quehacer social. Hay actualmente en España alrededor de cinco mil profesionales titulados. No todos trabajan, pero la sociedad está valorando cada día más la labor de estos equipos, magníficos colaboradores en la tarea dé promocionar a muchas personas y orientar su vida en situaciones conflictivas de muy diversa naturaleza.
Barcelona, origen de la primera escuela de la especialidad
No es nueva la profesión de asistente, social. Pero sí lo es, como ya hemos visto antes, la validez oficial del título.
Fue en Barcelona donde se estableció la primera Escuela de España de esta especialidad, el año 1932. En todo el mundo se ha extendido considerablemente la carrera y prestan a la misma gran interés los poderes públicos. Bélgica es, en Europa, uno de los países más avanzados en este sentido, y en los Estados Unidos la presencia de los asistentes sociales ha adquirido extraordinaria dimensión.
—¿Y en España? —preguntamos a la señorita Llopis.
—Hemos entrado en una fase de gran desarrollo y el futuro se ofrece esperanzador para nuestra tarea, en beneficio de la sociedad. Cada día trabajan mayor número de equipos en la promoción de las comunidades humanas de las grandes ciudades, que es el escenario más propicio para nuestra misión.
PRESENCIA EN LOS SUBURBIOS
Es lógico que la actividad de las Asistentes Sociales se hace más necesaria allí donde se producen concentraciones humanas originadas por los movimientos migratorios. Barcelona tiene, en esta dimensión, un tratamiento especial. Y así, según me informa la señorita Llopis Sarrio, son los centros parroquiales de las barriadas donde se trabaja más intensamente en estos momentos, sobre una población que reclama atenciones prioritarias que cumple cubrir con el rigor y el respeto que hacia la persona humana realizan las Asistentes Sociales. La participación de éstas es asimismo muy eficaz, desde hace algunos años, en los programas de actuación, que desarrolla el Patronato Municipal de la Vivienda en los núcleos tíe población que han surgido como consecuencia de las nuevas unidades vecinales.
Importante es, sin duda, el cometido que corresponde a las Asistentes Sociales, que estos días trabajan en Barcelona para hacer todavía más útil y provechoso a la sociedad su trabajo.
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