El hambre no se va de vacaciones
Foto: Un escolar coge su plato de comida en el comedor del colegio. / Fran Manzanera / AGM.
Algunos datos
- Según el informe Infancia en España de Unicef, la tasa de pobreza infantil se sitúa en el 37,7%.
- 42,1% Es la tasa de riesgo de pobreza infantil en Murcia, según el informe Educo. Según los datos de Cáritas y Cruz Roja, 3 de cada 10 niños murcianos están en riesgo de pobreza.
- 4€ Es el precio medio de un almuerzo completo (dos platos y postre) servido por las empresas de cátering.
- Cruz Roja y el PSOE calculan que con un Presupuesto de unos 600.000€ todos los menores de la Región que disfrutan de beca de comedor durante el curso escolar podrían disponer del mismo servicio los dos meses de verano.
El ‘hambre oculta’ que deja secuelas de por vida.
Ningún niño pasa hambre en la Región, insisten por activa y pasiva en la Administración, aunque organizaciones no gubernamentales y expertos ponen algunos ‘peros’. Porque comer pasta, arroz y tomate frito de lata, alertan pediatras y nutricionistas, no es comer, y ocasionará efectos que quizás no se observen de forma inmediata en el desarrollo de los niños, pero que pueden tener «importantes repercusiones fisiológicas e intelectuales a largo plazo», advierte Juan José Vigueras, miembro de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria de la Región.
Es lo que los expertos llaman ‘hambre oculta’, provocada por carencias nutricionales derivadas, por ejemplo, del déficit en la ingesta de carne o pescado cada dos días, que es un indicador de seguridad alimentaria que sirve para evaluar si una persona puede disponer y acceder a un aporte proteico adecuado. «El déficit de hierro o calcio provoca anemias, menor rendimiento en el colegio y, a largo plazo, osteoporosis, consecuencias que no se ven de forma inmediata», alerta Vigueras, quien insiste en los efectos decisivos de la alimentación de los niños en su desarrollo neurológico y físico adulto.
Organizaciones no gubernamentales, ayuntamientos, Comunidad, colegios y fundaciones tratan de cubrir el hueco provocado por el cierre de los comedores escolares en verano. Cruz Roja estima que las ayudas directas a las familias son más efectivas y «no estigmatizan». En Águilas, la alcaldesa ha gestionado en tiempo récord un plan para que dos colegios den de comer a 65 escolares los meses de julio y agosto.
- Columbares organiza y gestiona tres comedores en Murcia financiados por el Plan Educo.
- Cáritas y Cruz Roja llevan años reforzando sus repartos de almuerzo y alimentos.
- Para la FAPA, el mejor modelo pasa por financiar escuelas de verano con comedor.
La bandeja metálica con ensalada, guiso de lentejas, filete de lenguado y sandía que recibió el martes fue la última comida completa, equilibrada y con todos los nutrientes básicos para su crecimiento que Roberto almorzará hasta el próximo septiembre. Por supuesto que el niño, de 8 años y con beca de comedor durante el curso escolar, hará tres comidas al día durante los meses de verano, y ni mucho menos pasará hambre. Pero es más que probable que su dieta se resienta en un hogar acosado por la crisis, el desempleo de larga duración y la penuria. No faltará un plato a su mesa, en parte gracias a las bolsas de comida que la familia recibe de Cáritas y del Banco de Alimentos, y en mayor medida por la capacidad de su madre de obrar a diario el milagro de los panes y los peces en su hogar.
El cierre de la inmensa mayoría de los 206 comedores escolares, que durante el curso garantizan el almuerzo gratuito de los 5.300 menores de familias sin recursos que disfrutan de una beca, deja un vacío durante los tres largos meses de verano que ayuntamientos, organizaciones no gubernamentales, fundaciones de Cruz Roja estima que las ayudas directas a las familias son más efectivas y «no estigmatizan». En Águilas, la alcaldesa ha gestionado en tiempo récord un plan para que dos colegios den de comer a 65 escolares los meses de julio y agosto ayuda a la infancia y Comunidad Autónoma tratan de cubrir con ayudas asistenciales, vales de alimentos, escuelas de verano subvencionadas con comedor, campamentos y economatos. Diferentes estrategias y modelos para encarar un problema: el elevado porcentaje de menores murcianos en situación de pobreza y riesgo de malnutrición, que en verano, y con los colegios cerrados a cal y canto, cobra visibilidad.
Las promesas elec torales para mantener los comedores escolares abiertos en verano se han topado este año con la realidad de una gestión complicada –el servicio lo prestan empresas de ‘catering’ gestionadas por las asociaciones de padres y madres y es externo al colegio– y el escaso margen de tiempo de que han dispuesto los nuevos equipos municipales para ponerse manos a la obra. También con la disparidad de opiniones sobre cuál es el mejor sistema de gestión para garantizar una alimentación equilibrada a los menores que no la tienen asegurada. Finalmente, unos por otros, cada municipio encarará la asistencia con la fórmula que mejor le encaja y la ayuda de las entidades que llevan años prestando el servicio.
A la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) no le valen las excusas. Los informes y estadísticas de Unicef, Cáritas y Cruz Roja, que llevan meses alertando de las elevadas tasas de pobreza entre los niños murcianos –hasta el 40%– son lo suficientemente contundentes para exigir a la Administración regional que encare el problema «con valentía».
«Hay que fijar prioridades»
«Es una cuestión de voluntad y de prioridades, y tan sencillo como organizar una escuela de verano en cada barrio con comedor que garantice que nuestros niños reciben al menos una comida diaria completa, y no cualquier cosa. Los menores disfrutan también así de una asistencia de ocio educativo saludable y ordenada, que de otra forma probablemente no tengan», reclama la presidenta de los padres de alumnos de la Región, Francisca López.
El formato de escuelas de verano con almuerzo incluido se pone en práctica desde hace años en al menos una veintena de municipios de la Región, aunque en la mayoría de los casos solo durante el mes de julio. Así ocurre en Murcia, donde el Ayuntamiento y organizaciones como Columbares gestionan escuelas subvencionadas, donde los menores participan en talleres y actividades deportivas durante la mañana y almuerzan antes de regresar a sus casas. La Consejería de Educación ha autorizado para el próximo mes el uso de los comedores de colegios públicos de Beniaján, Alquerías, Aljucer, Archena y Alhama para que los menores reciban allí el ‘catering’. Los dos primeros estarán gestionados por la Asociación Columbares, donde tampoco tienen muchas dudas de que se trata de una cuestión de voluntad. «Los recursos están, o se buscan; hay que saber invertirlos y marcar prioridades», reivindica Úrsula Rocamora, coordinadora del área de atención a la infancia de la ONG, y testigo de primera fila de una realidad que muchos no quieren ver: «Hay niños que no comerían en condiciones de no ser por este ser vicio. Tomar unos macarrones o unas salchichas no es alimentarse», se lamenta. Los comedores gestionados por Columbares se financian con el dinero de la ONG Educo, que repar te más de 100.000 ayudas de comedor en 17 comunidades, entre ellas Murcia, entre el 23 de junio y el 12 de septiembre, para paliar la «falta de planificación» de las administraciones.
La recién elegida alcaldesa de Águilas, la socialista Mari Carmen Moreno, ha demostrado en apenas quince días de gestión que mantener los comedores escolares abiertos en verano no solo es posible, sino que tampoco requiere de un presupuesto desorbitado. Con 12.000 euros de gasto, Moreno financiará 65 plazas en las dos escuelas municipales con comedor para escolares en riesgo de exclusión. «Lo teníamos claro y ha sido cuestión de gestión y trabajo», defienda la alcaldesa. El colegio Ramón y Cajal, radicado en el barrio de La Aguilica, atenderá a cuarenta niños sin recursos, que de diez de la mañana a una de la tarde participarán en la escuela de vera-
no gratuita y gestionada por Cáritas. Una empresa de ‘catering’ servirá el almuerzo en el comedor del colegio, que estará atendido por monitores voluntarios hasta las dos de la tarde. Otros 25 niños disfrutarán del mismo servicio en el colegio de El Rubial. «Realizamos el censo con la ayuda de los Servicio Sociales y los propios colegios, que han preguntado a las familias, y teniendo en c uenta que la mayoría de los alumnos de origen marroquí pasan el verano fuera, con 65 plazas y 12.000 euros están garantizadas las necesidades más acuciantes del municipio», defiende Moreno, convencida de que la combinación ocio-deporte-comedor en el entorno escolar es la mejor opción. Una opinión que comparten los grupos municipales del PSOE o Ahora Murcia en Murcia, donde la nueva concejal de Derechos Sociales, Conchita Ruiz Caballero, ha reservado un presupuesto de 300.000 euros para ayudas directas destinadas a cubrir las necesidades alimenticias de las familias sin recursos en verano. «Los comedores escolares –argumenta la edil– solo garantizan la alimentación de los niños en edad escolar.
Con las ayudas directas podemos atender a las familias completas», defiende Ruiz Caballero, que también gestiona plazas subvencionadas en colonias infantiles, campamentos y escuelas de verano.
Los comedores escolares no han cuajado tampoco en Cartagena, donde el nuevo alcalde de Movimiento Ciudadano ha cambiado de planes a última hora y ha decidido no abrirlos y entregar vales de comida en el economato de Cáritas. El elevado coste y los problemas de logística, argumenta, están detrás del cambio de modelo, pero en cualquier caso el dispositivo de emergencia permitirá dar respuesta a las necesidades alimenticias de 200 niños de los barrios más desfavorecidos del municipio, Lo Campano y Los Mateos.
En Cruz Roja son también partidarios de poner a disposición de las familias tarjetas o vales de comida canjeables en supermercados, en lugar de mantener en uso los comedores. «Presentan varios inconvenientes, y nuestra experiencia no ha sido favorable. El traslado hasta el colegio, en núcleos donde hay dispersión, es complicado para muchas familias, que se pueden sentir estigmatizadas al llevar a sus hijos al comedor a las dos de la tarde. Durante el curso, en el colegio, nadie sabe quién tiene beca de comedor y quién abona el ser vicio, pero abrir un comedor social para niños tiene otros condicionantes», argumenta el presidente de la entidad, Aurelio Luna, quien en cualquier caso aboga porque la Administración regional encare de una vez la cuestión y articule un plan coordinado para toda la Comunidad que dé consistencia al actual modelo, deslavazado, y que deja a expensas de la determinación de cada municipio el éxito o el fracaso de los planes de ayuda. La Dirección General de Política Social da por garantizadas y cubiertas las necesidades alimenticias de los menores murcianos con los 1.150.000 euros que destina este año a su Plan contra la Pobreza Infantil y los proyectos de refuerzo especial en las escuelas de verano. «Los niños no dejan de comer porque se cierren los comedores escolares. ¿Qué pasa si no los fines de semana durante el curso escolar, o en las vacaciones de Navidad y Semana Santa?», cuestiona Verónica López, quien no obstante está abierta a estudiar un plan integral de asistencia en verano para el próximo año.
En Cáritas no solo refuerzan en julio y agosto las entregas de alimentos a las familias, sino que atienden comedores, colonias infantiles y escuelas de verano hasta donde llegan sus recursos y voluntarios, que compensan como pueden el parón que las vacaciones escolares y el cierre de los colegios genera en las necesidades más básicas de miles de niños murcianos. Alumnos que ya no son alumnos, pero cuyos derechos, denuncian las ONG, no deberían tomar nunca vacaciones.
Cuestión de voluntad y coordinación de esfuerzos
Los más de 5.000 escolares murcianos sin recursos que disfrutan de una beca de comedor durante el curso tienen garantizada al menos una comida diaria equilibrada, completa y con todos los aportes nutricionales necesarios, que son supervisados por personal sanitario y por la propia Consejería de Educación. Durante los meses de verano, cada municipio funciona por su cuenta, completando las ayudas del Plan contra la Pobreza Infantil puesto en marcha por la Consejería de Sanidad hace dos años. Estos son algunos de los sistemas y modelos que sacarán adelante este verano en los diferentes municipios de la Región.
Cartagena
Aunque el nuevo alcalde, José López, se comprometió a abrir los comedores escolares en verano, «el elevado coste y la falta de logística» ha obligado al Consistorio a cambiar de planes, y ofrecerá a las familias sin recursos vales de comida que podrán canjear por alimentos en el economato de Cáritas.
Murcia
Funcionarán al menos cuatro comedores escolares gestionados por Columbares y Cruz Roja (Nuestra Señora de la Fuensanta, en Beniaján; San Juan Bautista, en Alquerías; Nuestra Señora de La Arrixaca en Murcia, y Escultor González Moreno, en Aljucer). El Ayuntamiento dará ayudas directas a 400 familias (mil menores) y subvenciona colonias infantiles y campamentos. Cáritas y Cruz Roja gestionan escuelas de verano con almuerzo.
Lorca
También se darán ayudas directas. Cruz Roja organiza y financia una escuela de verano con servicio de comedor en el colegio de San José.
Águilas
65 plazas en las dos escuelas municipales con comedor para escolares en riesgo de exclusión financiadas por el Ayuntamiento. El colegio Ramón y Cajal y El Rubial atenderán a 65 menores en escuelas de verano gratuitas y gestionadas por Cáritas. Una empresa de ‘catering’ servirá el almuerzo en el comedor del colegio, que estará atendido por monitores voluntarios hasta las dos de la tarde.
Alhama
El Ayuntamiento no ha decidido aún si abrirá los comedores escolares. La Asociación Animunis se hará cargo del comedor escolar en el centro Ginés Díaz San Cristóbal.
Archena
La Liga Española de la Educación y la Cultura Popular y el Ayuntamiento gestionarán el comedor escolar del colegio Micaela Sanz.
Totana
El Ayuntamiento asegura que los técnicos municipales abogan por la concesión de ayudas directas, en lugar de comedores escolares.
Caravaca de la Cruz
El comedor de la guardería de San Francisco, junto al colegio del mismo nombre, dará servicio de comedor a 40 escolares. El coste del servicio es de 8.000 euros, financiados por el Consistorio y Cáritas.
Fuente Álamo
El Ayuntamiento no ha decidido aún si entregará los almuerzos en las escuelas de verano (dos, gratuitas para menores en riesgo de exclusión) o hará reparto domiciliario.
La Unión
Cáritas y Cruz Roja se harán cargo de la entrega de alimentos a menores.
Santomera
Servicios Sociales no ha concretado aún si incluirá el servicio de ‘catering’ en las escuelas municipales o lo hará llegar a las viviendas.
Alcantarilla
Ayudas directas a familias en situación de pobreza.
Mula
Ayudas directas a familias en situación de pobreza.
Alguazas
Escuela de verano hasta el 31 de junio con comedor para 20 niños.
Cehegín
Escuela de verano hasta el 31 de junio con comedor.
Molina de Segura
La Concejalía de Bienestar cubrirá las necesidades básicas de las familias a través de ayudas de urgente necesidad. No habrá comedores escolares, sino vales para alimentación por valor de unos 150.000 euros gestionados en colaboración con Cáritas y Cruz Roja.
Campos del Río
Escuela de verano y comedor escolar gratuito en julio. En Albudeite se repartirán lotes de alimentos a las familias sin recursos.
Beniel
El Consistorio atenderá a quince familias con los cheques de comida, de entre 60 euros y 150 euros, que facilitan los Servicios Sociales. No abrirán el comedor y apuestan por los vales.
Fortuna
Vales de comida para las familias en riesgo de exclusión.
Abanilla
Reparto de comida que el Consistorio confía recibir a mediados de julio del Banco de Alimentos. Los Servicios Sociales la entregarán a las familias más necesitadas.
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