«El inmigrante se ha convertido en el 'chivo expiatorio' de la crisis económica»
Juan Antonio Segura Director de la Fundación Cepaim. «El futuro vendrá de mano del reconocimiento del valor de la diversidad, la recuperación de la justicia social, el rescate de la solidaridad y la inclusión de los otros»
La Fundación Cepaim celebra sus primeras dos décadas en un contexto en el que la realidad social de la inmigración se está viviendo de una forma muy diferente. La xenofobia y la discriminación están comenzando a ser tendencias preocupantes en toda Europa, según explica el director de Cepaim, Juan Antonio Segura, para quien el inmigrante se ha convertido en el ‘chivo expiatorio’ de la crisis económica.
Para ofrecer otra visión del inmigrante y recordar a todas aquellas personas que perdieron la vida intentando alcanzar las costas de nuestro continente, el próximo día 19 de febrero, se va a celebrar el concierto solidario ‘Un viaje de Sueños’, con motivo del vigésimo aniversario de Cepaim. La Fundación Cajamurcia colabora en este evento, que tendrá lugar en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas de Murcia y cuya recaudación se destinará a financiar un proyecto educativo de Cepaim en Senegal.
-¿Qué ha cambiado en la realidad social que atiende Cepaim en estas dos décadas?
-En la trayectoria de la Fundación Cepaim la realidad socioeconómica del país ha pasado por diversas etapas diferenciadas, en las que nos hemos situado frente a la realidad social de la inmigración de forma muy diferente. Hemos pasado de una inmigración sorpresiva que no nos ponía en cuestión, a la inmigración deseada y demandada por nuestra estructura productiva para, desde ahí, caminar hacia el rechazo de la inmigración, al incremento de los discursos xenófobos, como consecuencia de la crisis económica, social y de valores que estamos afrontando.
La evolución del perfil migratorio ha sido evidente, pasando de una inmigración de hombres solos, de procedencia concentrada en el área del Magreb, a una inmigración de unidades familiares de procedencia muy diversa, presentando retos y necesidades muy diferenciadas.
-¿Cuál es la percepción que tiene la sociedad actual del inmigrante?
-En la actual coyuntura ha aumentado la imagen del otro como chivo expiatorio de las consecuencias de la misma. Estamos presenciando una tendencia muy preocupante en toda Europa al incremento de los discursos xenófobos y a la discriminación del diferente. La persona inmigrante no ha alcanzado el estatus de ciudadano en el acceso a derechos y deberes. No es visto como una parte del «nosotros», sino que son «los otros». Seguimos visualizando la inmigración como una fuente de conflictos más que como el factor de diversidad y desarrollo que verdaderamente significa.
-¿Qué retos son los que más dificultan la integración de estos colectivos?
-La precariedad en el empleo y las dificultades de acceso a la vivienda son factores que dificultan la integración pero es aún más importante la ausencia de espacios y tiempos para la comunicación y la convivencia con las diferencias de los otros. No existen lugares de pertenencia e inclusión para los inmigrantes en los que no se sientan como extraños en los territorios de acogida y éste es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos para avanzar en los procesos de integración. De una integración intercultural, alejada de la asimilación cultural y de la segregación, como modelos de gestión de la diversidad cultural que se han acreditado como fracasados en Europa, tenemos que avanzar juntos en la integración de la diversidad cultural en nuestras escuelas, empresas, asociaciones y en nuestros barrios, construyendo un futuro en convivencia.
-¿Cuál es la experiencia personal más positiva que ha obtenido a través de su pertenencia a esta organización?
-Haber podido trabajar, ilusionarme e implicarme en la creación y desarrollo de la Fundación Cepaim ha sido uno de los grandes regalos que me ha dado la vida. Me ha permitido descubrir el valor de la diferencia del otro, convivir, compartir y aprender con los otros. Las experiencias más positivas y los mejores recuerdos los he tenido siempre en los pequeños espacios, en los pequeños momentos, en contacto con las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Me he podido emocionar tantas veces con pequeños gestos, descubriendo la dignidad de las personas por encima del tener.
-¿Qué ganaríamos si dejásemos los prejuicios y abriéramos la mente a lo que otras culturas nos pueden aportar?
-Somos una sociedad diversa y la inmigración ha venido a incrementar esta diversidad. Si abandonamos la mirada del otro diferente desde los estereotipos y prejuicios y empezamos a visualizar la diversidad y las diferencias, como una de nuestras mayores riquezas, estaremos en el camino de la necesaria convivencia. Otras culturas nos aportan otras miradas de la realidad, otras soluciones a los viejos problemas. El futuro vendrá de la mano del reconocimiento del valor de la diversidad, de la recuperación de la justicia social, del rescate de la solidaridad, de la inclusión de las diferencias de los otros, desde la igualdad y los valores.
-¿Cuáles son los mayores logros conseguidos por Cepaim en estos veinte años?
-El haber sido capaces de crear un equipo humano comprometido con lo que hacemos y con lo que decimos, que ha sabido construir alianzas con otros actores para hacer realidad nuestro sueño de una sociedad más justa, más igualitaria, menos excluyente, más diversa. El haber construido una organización fuertemente cohesionada, que trabaja con las personas, con la ciudadanía, no para las personas, sabiendo que la participación ciudadana es clave en la acción social.
-¿Los objetivos originalmente planteados son los mismos o las necesidades han cambiado con el paso del tiempo?
-Las necesidades y retos han ido cambiando a lo largo del tiempo y hemos tenido que adaptar nuestros objetivos a estos cambios, pasando de un modelo de intervención sectorial, hacia uno de base territorial, trabajando por la convivencia intercultural con toda la población y de forma especial con los más vulnerables. A los retos vinculados a una primera generación de personas inmigradas, relacionados con la segmentación laboral, las condiciones de trabajo, la irregularidad, la segregación territorial y la presencia de infraviviendas, se han sumado nuevos retos y necesidades relacionadas con la presencia de núcleos familiares, factores de doble discriminación de la mujer inmigrante, la escolarización de los hijos, la gestión de la diversidad, los factores pisosociales y culturales, vinculados con el desarraigo, los déficits de participación sociopolítica, las segundas generaciones o la insuficiencia de espacios y de tiempos disponibles para la convivencia.
-En una situación como la actual, ¿es más difícil luchar por los derechos de los inmigrantes?
-En un contexto de profunda crisis socioeconómica y de valores, el miedo a la diferencia del otro tiende a incrementarse, visualizando la inmigración y a las personas inmigrantes como una fuente de conflictos y no de recursos y nuevas oportunidades en los ámbitos social, económico, cultural, educativo y político.
Pero es en este contexto cuando se hace más necesario que nunca el afianzar una apuesta colectiva, desde las administraciones públicas y desde el conjunto de actores sociales por el impulso de las políticas de integración y de convivencia en los barrios, en las escuelas, en las empresas. Debemos ser capaces de diseñar planes plurianuales de ciudadanía e integración, como estrategia de intervención a medio/largo plazo.
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