Gestión ineficiente | Editorial

La política social en materia de dependencia y Renta Básica ha sido uno de los puntos más débiles del Gobierno regional en los últimos años. Han pasado siete desde que la ley de Renta Básica fue aprobada en la Asamblea Regional, estableciendo un plazo de seis meses para aprobar el Reglamento de esa norma, pero todavía sigue siendo una asignatura pendiente, pese a las reiteradas advertencias lanzadas por el Defensor del Pueblo. Paralelamente, miles de familias se han quedado a la espera de recibir las ayudas de la dependencia en la Región, hoy la primera comunidad con mayor porcentaje de dependientes en espera, según cifras del Ministerio de Sanidad. El argumento repetido por el Gobierno regional ha sido la falta de fondos por la crisis y el obligado cumplimiento del objetivo de déficit público. Sin embargo, los datos de ejecución presupuestaria que hoy publica ‘La Verdad’ del año 2014 revelan un gestión ciertamente deficiente de los fondos disponibles por el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS). Si es por desinterés político o directamente por mala gestión es una cuestión opinable, pero desde luego nada ayuda al PP, frente a las críticas del PSOE e IU sobre supuesta falta de sensibilidad en materia de política social, el hecho de que el IMAS cierre 2014 con cerca de 20 millones de euros de su presupuesto sin gastar. Es verdad que hay partidas intencionadamente sobredimensionadas porque debe preverse la hipotética cobertura de todas las plazas en las residencias de mayores y centros de día, pero la desviación sobre lo presupuestado es tan grande que solo cabe inferir tres extremos: o no se saben hacer los presupuestos o se gestionan deficientemente los fondos o hay más plazas de las realmente necesarias. Que podía ocurrir esa desviación era evidente. Bastaba con fijarse en los remanentes sin ejecutar de años anteriores: 14,6 millones en 2013; 22 millones en 2012 y 12,1 millones en 2011. Y todo esto ocurre en un contexto donde otras partidas, como las ayudas a los dependientes y el fondo para la Renta Básica, están infradotadas. Hace unos días trascendió que el Gobierno regional quería desviar un millón y medio de euros, que se ahorra en 2015 por el retraso en la adjudicación del contrato de la TV pública, a incrementar la partida de la Renta Básica. Nadie podría criticar tal decisión, pero es sintomática de una forma poco seria de gestionar los fondos públicos en una comunidad vigilada por su incumplimiento del déficit. A día de hoy, por cierto, no se ha aprobado tal modificación presupuestaria.