Grave carencia de una correcta planificación de la acción social
Patrocinio Las Heras
Presidenta de la Federación de Asistentes Sociales
La profesión de asistente social va orientada al asesoramiento técnico ante las necesidades sociales, aplicando los recursos existentes e investigando las carencias y sus causas, en el proceso de promoción de nuevos recursos.
Esta concepción de la profesión puede chocar con la imagen pública, paternalista y benéfico-asistencial, que a determinados niveles se tiene de los asistentes sociales.
No obstante nuestra actividad, en cuanto técnica profesional, tiene sus antecedentes en un momento histórico determinado: la aparición de la revolución industrial y el desarrollo de las ciencias sociales, momento que exige técnicas y métodos especializados, para la aplicación y promoción de recursos ante las necesidades sociales, y en consecuencia de técnicas especializadas en esta actividad, la cual ha venido denominándose históricamente acción social.
Ahora bien, debido a que en los antecedentes históricos de la acción social se sitúa a la beneficencia, que corresponde a la época feudal, y que no obstante continúa vigente en el Estado español, ello ha motivado la imagen paternalista del asistente social, al tener que aplicar la beneficencia a determinadas necesidades sociales.
La técnica de nuestra profesión se ha ido desarrollando a medida que la base social de la acción social (comprendida actualmente por el conjunto de sectores populares), ha ido promoviendo su protagonismo por la conquista de mejoras sociales, lo que ha exigido la ampliación de técnicas y niveles de programación, superándose el contenido de la acción social, que ha generado nuevas formas, tale como: asistencia social, servicio social, trabajo social, sin que con ello se haya agotado el desarrollo, en el ejercicio que la acción social pueda ir adquiriendo en el futuro.
Superación de la mentalidad benéfica
De lo anteriormente expuesto se deduce que el desarrollo social de un país demanda la promoción de técnicos especializados en materia de acción social y dado el contenido dinámico de ésta, la profesión exige una progresiva tecnificación en base a un conocimiento científico de la movilidad e interrelación del binomio necesidades-recursos sociales, en sus manifestaciones individuales, de grupo y comunitarias.
Todo ello implica una gran contradicción entre la lógica demanda actual de técnicos especializados en la acción social, y la enorme cantidad de personas que con una mentalidad benéfica y sin preparación técnica están llevando a cabo la atención de determinadas necesidades sociales, lo que provoca un paro profesional, que alcanza al 60% de los asistentes sociales titulados.
La existencia de este hecho viene motivada por la carencia de una correcta planificación y organización de la acción social, lo cual exige una política que la promueva.
Nuestra experiencia profesional nos permite detectar ante la actual situación la siguiente problemática:
-Una dispersión de núcleos de intervención, incluso dentro de la propia administración, que encarece y obstaculiza su funcionamiento.
- Una duplicidad de servicios ante una misma problemática, dejando por el contrario, sin atención, otras situaciones carenciales.
- La falta de una legislación adecuada que regule la atención a las necesidades sociales.
Esto nos lleva a la conclusión de que es necesario promover una política global de acción social, que a su vez desarrolle la atención a los problemas específicos, coordinando y planificando todos los esfuerzos.
Sobre esto, las asociaciones de asistentes sociales están debatiendo los aportes que nuestra profesión puede realizar para una política de acción social.
Tecnificación de los servicios sociales
A nuestro entender, se debiera de tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Las necesidades sociales exigen la puesta en marcha de servicios sociales que los propios individuos, grupos y comunidades demandan a la Administración en base a las cotizaciones e impuestos que realizan. La creación de servicios sociales garantiza la tecnificación y eficacia en la atención a las necesidades sociales, siendo soporte material sobre el que se ejerce la profesión de asistente social.
- Los problemas sociales en los individuos y grupos no surgen al margen de la comunidad en la que estos habitan, por lo cual el tratamiento marginal que se da a los sectores carenciales, debe ser superado no extrayendo los problemas sociales del «habitat comunitario», sino facilitando a la comunidad los recursos materiales, humanos, técnicos e institucionales que le permitan asumir y superar su propia problemática.
Por ello, corresponde a la Administración del Estado descentralizar los servicios sociales en los entes autonómicos, siendo la Administración local quien deba canalizar las necesidades sociales de los ciudadanos.
- Es necesario integrar en una planificación conjunta las distintas prestaciones y servicios que hoy son llevados a cabo por la Administración en base a la beneficencia pública, la asistencia social y la seguridad social, ya que estas situaciones institucionalizan dos categorías de ciudadanos:
a) ciudadanos de derechos sociales,
rb) ciudadanos de beneficencia; lo cual contradice abiertamente los principios fundamentales y garantías en los que se basa toda sociedad que pretende el logro efectivo de la democracia y el desarrollo social:
Así, pues, estas exigencias de la sociedad actual obligan a una profesionalización y capacitación superior de quienes de forma global intervienen en la acción sindical, ello nos lleva a urgir la formación de escuelas universitarias, ya que no podemos hacer frente a la demanda social con la formación actual.
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