«Hay que avanzar en el camino de la legalización»

-¿Cuáles son los efectos nocivos que puede acarrear esta droga? ¿Hay que distinguir entre efectos a corto y largo plazo?

Bueno, siempre hay pérdida de memoria inmediata, disminuye el tiempo de reacción y hay cierto nivel de incoordinación motora, con lo cual los accidentes de tráfico pueden aumentar. Los enfermos crónicos son más significativos en el sentido de que los trastornos de memoria empiezan a repercutir porque hay un déficit de atención. Esto afecta sobre todo a los jóvenes estudiantes, con un mayor abandono de estudios y un mayor número de suspensos. Hay evidencias científicas de que los trastornos de memoria y los déficits de atención aumentan en estos pacientes, aparte de que un consumo desde hace mucho tiempo crea síntomas depresivos. Tampoco hay que olvidar los efectos sobre el corazón o los pulmones. Muy probablemente el consumo de cannabis dé lugar -esto lo tenemos que ver con el tiempo a un aumento del cáncer de pulmón ya que se fuma generalmente con tabaco. Estos efectos por decir algunos, pero hay muchos más. Realmente el cannabis no es una sustancia inocua. Hace 30 años veíamos fumar a los presentadores en televisión, a los profesores en las escuelas y hoy nos hemos dado cuenta de que el tabaco es responsable de muchas muertes. Cada día mueren por culpa del tabaco en nuestro país alrededor de 155 personas. El cannabis va por el mismo camino. El cannabis, además, se asocia, en un porcentaje altísimo, con el policonsumo.

-¿Actúa el cannabis entonces como un inductor, una puerta de entrada a otras drogas?

-Hay que matizar. Sí es un inductor, pero en el sentido de que las personas que consumen droga probablemente tienen una escalada de consumo. No es habitual que se empiece a consumir cocaína o heroína. Lo normal es que empiezan por las drogas legales, el tabaco y el alcohol, y poco tiempo después, entren en contacto con el consumo de cannabis. Aún así, no todo el que consume cannabis va a consumir cocaína o heroína, pero sí prácticamente todos los que consumen drogas más duras previamente han pasado por el cannabis.

-Las encuestas revelan un aumento del consumo de esta droga entre los más jóvenes. ¿A qué lo achaca?

-No podría decirle una causa única. Yo intuyo que esto son fenómenos que, o bien no tienen mayor trascendencia, o bien que se deben a que se ha normalizado el consumo de cannabis, está tolerado en nuestra cultura y a la aparición en nuestro país de clubes de fumadores. Todo esto, si no va parejo a una información adecuada de los riesgos y una actividad preventiva, favorece que se le pierda el miedo a estas sustancias.

-Como experto en la materia, ¿qué opina sobre la posible legalización de la marihuana?

-La legalización de las sustancias en nuestro país es un camino que probablemente siga avanzando. Por una parte, por razones económicas. En algunos estados que han legalizado estas sustancias probablemente haya unos intereses recaudatorios y de venta de los monopolios que comercializan estas sustancias. Para mí esa es la razón fundamental, pero bueno, es razonable que, de alguna manera, dentro de la lucha contra el narcotráfico se avance en los caminos de la legalización y el control de sustancias para disminuir los riesgos que tienen las sustancias añadidas y la falta de calidad. La realidad es que en nuestro país más del 10% de nuestros jóvenes consumen cannabis. A nivel de población general estaremos sobre el 9% o 10% y eso son realidades que hay que considerar. No son personas que haya que penalizar y llevar a la cárcel. Lo que hay que hacer es controlar el tráfico de drogas. La legalización, en este sentido, podría favorecer una mayor calidad y a la vez disponer de recursos que permitan dar la información adecuada. Sí creo que hay que avanzar en el camino de la legalización.