Intervención de Ana I. Lima en la Manifestación del 15-S
Intervención de Ana I. Lima, Presidenta del Consejo General del Trabajo Social, en la Manifestación del 15-S en Madrid.
La marcha de hoy es una demostración de cómo las entidades, colectivos, usuarios, profesionales, familias… La ciudadanía en general, RECHAZAMOS los recortes emprendidos por el Gobierno.
Todos ellos, todos nosotros, diferentes personas involucradas en la defensa del Estado del Bienestar, nos movilizamos para defenderlo. Los ciudadanos de a pie estamos hartos de ser siempre los mismos quienes pagamos la crisis. Uno de cada cinco ciudadanos vive en riesgo de pobreza o de exclusión social y la tendencia va en aumento, desgraciadamente. NO vamos a renunciar a nuestros derechos, por eso estamos hoy aquí.
Los profesionales del ámbito de los SERVICIOS SOCIALES, de la sanidad y de la educación, pilares básicos del Estado de Bienestar, vemos a diario como se están vulnerando los derechos que tantos años han costado adquirir y como se nos aboca a prácticas contrarias a la vocación de servicio que nos llevó a trabajar donde trabajamos. Cada vez son más las familias que viven angustiadas porque no llegan a final de mes: porque no pueden pagarse los medicamentos, porque los servicios sociales ya no pueden darle más ayudas o porque no pueden pagar el material escolar de sus hijos.
Los profesionales de la Sanidad, de la Educación, de los Servicios Sociales, las Plataformas de afectados y la ciudadanía en general sale hoy por primera vez a la calle a nivel estatal. Los servicios sociales municipales ya no dan abasto para atender al creciente número de familias que demandan su ayuda. Calculamos que la demanda se ha cuadriplicado en algunas prestaciones, mientras el recorte en los servicios y ayudas mengua. La financiación del Estado para los servicios sociales municipales en el Plan Concertado se ha reducido casi a la mitad en los últimos presupuestos. Y el ministro de Economía, Luis de Guindos, ya advirtió hace unos días que las prestaciones sociales desaparecerán si la situación económica no mejora. No queremos volver a la BENEFICENCIA del franquismo. El ser humano tiene derecho a vivir dignamente, no puede depender de la caridad del rico.
Además, en la Ley de DEPENDENCIA, se ha reducido la financiación y se ha cambiado la ley para permitir a las autonomías retrasarse hasta dos años en la concesión de las ayudas. Esto no es más que una herramienta para dejar a la gente morir antes de recibir la ayuda que le fue reconocida como un derecho subjetivo. Casi 250.000 personas están a la espera de la ayuda en toda España.
Estos recortes relegan a las mujeres, más de la mitad de la población, al cuidado de las personas con dependencia. Los recortes están haciendo retroceder a las mujeres al segundo plano de décadas atrás, recluyéndolas en el hogar. Tampoco se puede recortar en la lucha contra la violencia de género o en programas de Igualdad, porque eso también significa acabar con el Estado de Bienestar.
También la EDUCACIÓN sufre día tras días tijeretazos que ponen en peligro la calidad y universalidad de la enseñanza, tan importante para la sociedad del futuro. Docentes, padres, madres y alumnos muestran su rechazo al desmantelamiento de la enseñanza pública. La reducción del 11,5% en el presupuesto de becas y el incremento del precio del material escolar, con la subida del IVA, ponen en peligro la educación de miles de menores.
Además, esta semana se ha destapado que España es el país de Europa con más jóvenes que ni estudian ni trabajan. La alta tasa de paro les impide incorporarse al mercado laboral. Y ¿cómo van a estudiar si las tasas universitarias se han elevado este año hasta 540 euros más por curso?
Los recortes también son drásticos en SANIDAD, donde además se ha quebrado su principio de universalidad. Los inmigrantes sin papeles no pueden quedarse sin atención médica. La vida de las personas está por encima de todo. La prevención siempre es una inversión. Pero las políticas que se están llevando a cabo no parecen seguir este principio. El incremento del copago de los medicamentos aboca a miles de familias con pocos recursos y con enfermos crónicos a no poder seguir un tratamiento. También el adelgazamiento de la cartera de servicios empobrece la calidad del Sistema Nacional de Salud, hasta ahora reconocido como uno de los mejores del mundo.
En definitiva, las mareas salen hoy a la calle como símbolo de la unión de todos aquellos que creemos en que el Estado del Bienestar está en peligro y que hay alternativas a los recortes que se están emprendiendo. El aumento de la pobreza y de la exclusión social nos afecta a TODOS. No queremos una sociedad de ricos y otra de pobres, sino una sociedad igualitaria y feliz.
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