«La promesa del Gobierno de acoger refugiados es una estafa»
José Antonio Bastos Presidente de Médicos sin Fronteras en España.
Una sacudida que nos acerque a la dramática realidad que viven las decenas de miles de personas que en todo el mundo buscan refugio de las guerras. Eso es lo que pretende Médicos sin Fronteras (MSF) con la campaña ‘Seguir con vida’, que ayer arrancó en Murcia con un diálogo abierto, en el Teatro Romea, entre el presidente de MSF-España, José Antonio Bastos, y el escritor Jerónimo Tristante.
La semana que viene, la ONG inaugurará una exposición en la plaza de la Merced con la que los murcianos podrán conocer más de cerca cuál es la situación de los refugiados de Siria y de otras muchas zonas del planeta azotadas por la violencia.
– Las imágenes de los refugiados de Idomeni dispersados con gases lacrimógenos por la Policía de Macedonia son las últimas que hemos conocido del largo drama de los refugiados sirios. MSF está trabajando sobre el terreno. ¿Cuál es la situación a día de hoy?
–La situación de los refugiados en Idomeni es dramática. La agresión brutal de la policía macedonia se une a las carencias de las necesidades básicas y a la incertidumbre sobre su futuro. Pero Idomeni está en Europa, delante de las cámaras. De ahí hacia Siria, y en la propia Siria, hay situaciones todavía mucho más dramáticas. Los equipos de MSF que trabajan en la costa de Libia están detectando un aumento considerable del número de personas que han tomado esa ruta al no poder llegar a Europa a través de Grecia, tras el acuerdo con Turquía. Al cerrar la frontera de Grecia, la UE está forzando a la gente que huye de la guerra, y que va a seguir huyendo, a tomar otras rutas mucho más peligrosas, como la de Libia, que es con mucho la peor. Es la que tiene un trayecto en el mar más largo (de Libia a Italia), y en la que se ahoga más gente. Además, los grupos de tráfico de seres humanos de Libia son particularmente brutales.
–¿El cierre de las fronteras con Turquía puede reactivar la ruta por Ceuta y Melilla y provocar un aumento de la afluencia de pateras que llegan a la Región de Murcia y Andalucía?
–Es una posibilidad. Todavía no tenemos ninguna evidencia, pero si ahora teníamos a varios millares de personas al día huyendo de Turquía a Grecia, ahora esa gente se va a redistribuir por otras rutas. Así que lo previsible es que aumente.
–El Gobierno español se comprometió a acoger a unos 20.000 refugiados, pero de momento solo ha abierto la puerta a 18. En la Región hay ONG, como Accem, que tienen centros de acogida preparados. Llevan meses esperando y no ha venido nadie.
–Lo que el Gobierno hizo prometiendo esa acogida, yo lo calificaría de estafa. Es absolutamente inadmisible que se haya puesto en marcha un mecanismo administrativo que ha permitido la entrada de solo 18 personas en seis meses. Por poner un ejemplo, el gobierno canadiense decidió en noviembre admitir a 22.000 refugiados. Activó las medidas necesarias y fletó varios aviones, de forma que en cinco meses ya se han superado ampliamente las cifras inicialmente previstas. Por tanto, es una cuestión de voluntad política. Lo que demuestra es que no se trata de un problema de ineficacia administrativa, sino de un bloqueo político activo.
–Cuando se produjo la muerte del niño Aylan, Europa reaccionó con una enorme movilización de la opinión pública. Pero, ¿y ahora? ¿Ha quedado todo diluido, la sociedad se ha insensibilizado?
–No ha habido adormecimiento de la solidaridad en la sociedad civil. Hay muchísimas iniciativas. Lo que hay es un rechazo de los líderes europeos a escuchar la movilización social.
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