Los trabajadores sociales de los países afectados por la austeridad mandan un mensaje a la Unión Europea en el Día del Trabajo Social
El Consejo General del Trabajo Social (CGTS) celebra el Día Internacional del Trabajo Social reivindicando el papel de los servicios sociales y denunciando los recortes. Su presidenta, Ana Lima, ha viajado a Bruselas con una delegación de representantes de la profesión de los países más afectados por los recortes, como son Portugal, Grecia e Irlanda.
Miembros de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) de España, Portugal, Grecia e Irlanda se han reunido con el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, Lászlo Andor, para concienciar a la Unión Europea de cómo las medidas extremas de austeridad en política social recaen en los ciudadanos de sus países.
Este año, el lema del Día Internacional del Trabajo Social es “Promoviendo la Igualdad Social y Económica”. Los trabajadores sociales de los países de la Unión Europea apoyan a sus compañeros y a los ciudadanos de los países más afectados por las políticas de austeridad.
Los trabajadores sociales de los países afectados por las políticas de austeridad se enfrentan como consecuencia de ello a la pérdida de ingresos de las familias, de sus viviendas y al no poder acceder a servicios básicos. Esto está repercutiendo en un incremento significativo de suicidios, violencia y depresión. Como consecuencia, a largo plazo, dificulta la recuperación económica de los países afectados: la población más preparada emigra a otros países, las oportunidades de formación han disminuido y la salud y bienestar general de las personas han empeorado. “Este entorno tóxico no está sólo afectando a esta generación, también a la próxima, ya que heredan un país que no puede cuidar de su gente”, ha denunciado Anna Deneher, de la Asociación Irlandesa de Trabajadores Sociales.
Ana Lima, presidenta del Consejo General del Trabajo Social, ha asegurado que “la dimensión social debe ser la prioridad del nuevo sistema económico”. Por su parte, Perikilis Tziaras, representando a la Asociación Griega de Trabajadores Sociales, ha remarcado que “en esta situación, las soluciones sólo se encontrarán si las personas afectadas por la austeridad consiguen soportar juntas las consecuencias de los recortes, ya que todas tienen los mismos problemas”. Asimismo, Sonia Guadalupe dos Santos Ribeiro Neves de Abreu, representante de la Asociación de los trabajadores sociales de Portugal, ha destacado que “esta no es una crisis del euro, sino una crisis de las personas” y que “necesitamos nuevas políticas, donde las personas sean lo primero, y no los beneficios económicos”.
El secretario general de la FITS, Rory Truell, ha asegurado que “la austeridad no está produciendo los cambios y el crecimiento que se anunciaron. Por tanto, es el momento para buscar alternativas viables a largo plazo que involucren a los partidos políticos europeos, ONG y otras organizaciones de la sociedad civil”. El comisario László Andor se ha mostrado agradecido por escuchar la perspectiva de los trabajadores sociales y ha animado a la profesión a implicar a toda la Unión Europea con su mensaje. Además, ha explicado que no se encontrarán soluciones si la Unión Europea no se enfrenta a los problemas de forma conjunta.
La FITS ha hecho un llamamiento a la UE para que mantenga los servicios que prestan los trabajadores sociales durante la crisis, y así asegurar el mantenimiento del bienestar básico de las personas. “Los trabajadores sociales son muy buenos ayudando a las personas a encontrar soluciones reales en sus comunidades, y los gobiernos necesitan darse cuenta de que somos parte de la solución y no del problema”, ha reivindicado Truell.
La declaración que los países europeos afectados por la austeridad han entregado al comisario Andor explica que se debe abandonar la política de austeridad del mercado libre y se debe instaurar un nuevo marco económico de trabajo, compaginando las necesidades públicas y privadas, para construir entornos seguros, estables, coherentes e igualitarios que permitan a las personas y a las comunidades a prosperar. Truell ha asegurado: “La prosperidad de las comunidades es la piedra angular de una buena economía”.
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