Perros para la terapia de las víctimas de la violencia machista
Familia estudia un programa para prevenir y proteger de agresiones físicas a las mujeres.
La consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades estudia poner en marcha un proyecto de terapia y recuperación para mujeres y menores víctimas de violencia de género a través del acompañamiento de perros adiestrados.
La consejera Violante Tomás se reunió con el coordinador del proyecto ‘Escan’, Enrique Cruz, e indicó que «estamos valorando que la Red de Centros de Atención Especializada para Mujeres Víctimas de Violencia pueda ofrecer este servicio a mujeres maltratadas el año próximo, dentro de una experiencia piloto».
La titular de Familia explicó que «se trataría de aplicar una innovadora solución dentro de la terapia de recuperación psico-social de las mujeres y menores que han sufrido violencia de género», y añadió que «el perro puede proporcionar mucha seguridad». Tomás expuso que cuando el agresor tiene una orden de alejamiento, los canes acompañan a las víctimas «y cumplen una función de ayuda psicológica importante, pues refuerzan el papel de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y contribuyen a prevenir y protegerla frente a agresiones físicas». La terapia con perros «proporciona recuperación y aumento de actividades gratificantes, mayor interacción social, mayores conductas de independencia y autonomía», argumentó.
El adiestramiento sería de tres meses, periodo en el que se alecciona al perro para obedecer las órdenes verbales de la víctima.
«Vuelven a recuperar su autoestima»
El adiestrador de perros de SOLCAN, escuela que llevaría a cabo el proyecto, destaca los resultados del programa.
PILAR BENITO. La Escuela de Adiestramiento Canino ‘Solcan’, con sede en San Javier, sería la encargada de poner en marcha el programa anunciado ayer por la consejera, según explicó líder del proyecto ‘Escolta Canina’ –ESCAN– de esta escuela, Fernando Soleto.
«Fuimos nosotros los que, de manera pionera, pusimos en marcha este proyecto destinado a las mujeres víctimas de violencia de género; llevamos siete años trabajado a nivel nacional y hemos entregado ya 19 perros», indicó.
El protocolo para poder acceder a esta peculiar escolta está muy definido: «Ante todo tiene que haber una sentencia en firme y luego un equipo multidisciplinar, entre los que hay psicólogos y un gabinete jurídico, decide si la víctima, de la que se tiene que comprobar que realmente está en peligro, es susceptible de participar en el programa». Soleto destacó que «el simple hecho de ver cómo una persona pisoteada recupera su autoestima es un privilegio».
En cuanto a los perros, Soleto comentó que debe ser un animal «fuerte, valiente y estar socializado», puesto que, al no estar permitido por ley que el can muerda a su atacante, debe llevar un bozal. «El bozal es especial, con el hocico reforzado con cuero para ser más efectivo en la defensa ante un posible ataque».
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