«Si no fuese por mi hija, ya no estaría aquí»
Mercedes Cerdán tendrá que esperar hasta 2015 para recibir la ayuda de la Dependencia.
La familia sobrevive en una habitación que hace las veces de dormitorio, salón y cocina.
Apenas hay espacio para revolverse en la pequeña habitación que hace las veces de hogar para Mercedes Cerdán, su hija Anabel de 8 años y con retraso mental y su hijo mayor, de 25 años. El casero ha dividido un apartamento en dos, y Mercedes se ha quedado con un cubículo que hace las veces de dormitorio, salón y cocina. En la cama de matrimonio, al lado de la puerta de entrada, duermen madre e hija, mientras el mayor utiliza el sofá. Enfrente, una tele, y al fondo una minúscula encimera sobre la que reposa un cazo lleno de bolsas de alguna infusión. La única estancia separada del resto es el cuarto de baño, con un plato de ducha ocupado por todo tipo de enseres que impiden su uso y un lavabo que hace también las veces de fregadero.
«Vivimos en la miseria», resume Mercedes. Madre soltera, desempleada y con problemas psiquiátricos, ella y su familia sobreviven con una renta básica de inserción de 400 euros mensuales. «Mi hijo mayor también está en el paro», aclara.
Mercedes ha recurrido a Cáritas y al vecindario para ir tirando. Pero ha dejado de pagar el alquiler, y el dueño quiere desahuciarla. «Me pide 250 euros al mes. Yo le he dicho que le doy algo menos pero no lo acepta, solo quiere que me vaya», cuenta. Como un clavo al que agarrarse, Mercedes Cerdán pidió la prestación económica de la Ley de Dependencia para su hija, que tiene una minusvalía reconocida del 56% por una encefalopatía. El 3 de mayo, el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) reconoció un grado III de dependencia, lo que le da derecho a una ayuda mensual de 390 euros. Pero los trabajadores sociales ya le han informado de que hasta 2015 no recibirá nada porque la Administración tiene 30 meses de plazo para tramitar su caso. Hasta el verano pasado, ese tiempo era de 6 meses, pero la paralización durante dos años y medio de los expedientes es una de las medidas que el Gobierno central aprobó para reducir el déficit público.
Mercedes pide que se tenga en cuenta su situación, pero fuentes de la Consejería de Sanidad y Política Social recuerdan que «la Dependencia no es una ley de emergencia social», y por tanto no «se ha establecido ningún tipo de excepcionalidad».
La madre se muestra desesperada. «Si no fuese por mi hija no hubiese aguantado. Ya no estaría aquí, habría cometido alguna barbaridad», cuenta mientras insiste en que el periodista lea sus informes psiquiátricos. Con las ventanas abiertas, por las que solo entra el bochorno, se dispone a sobrevivir un día más entre sus cuatro maltrechas paredes.
Comentarios
Aún no hay comentarios