«¿Y qué puedo hacer ahora con mi hijo?»

La sargento Antonia de la Policía Local todavía recuerda la primera llamada telefónica que realizó a una madre para informarle de que su hijo, menor de edad, había sido sorprendido fumando un porro. «¿Y qué puedo hacer? ¿Ahora qué hago? me dijo y, seguidamente hubo un silencio, un gran vacío. La voz de esa madre se me quedó grabada».

La sargento, que está al frente del Servicio de Atención y Relación con el Ciudadano, es la encargada de avisar a los padres de que van a recibir una carta, firmada por la concejal de Seguridad Ciudadana, Nuria Fuentes, en la que se les informa de la infracción cometida por su hijo y de la sanción correspondiente.

Desde que hace tres meses se puso en marcha la campaña para alertar a los padres de que sus hijos consumen porros, la Policía Local ha enviado un total de 24 cartas, 5 por consumo de estupefacientes, 13 por tenencia y otras 6 por consumo de alcohol. El año pasado fueron denunciadas por la Policía Local 1.403 personas por consumo o tenencia de estupefacientes y 2.362 por consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública y, casi el 10% afectaba a adolescentes. Muchos de estos menores de edad, por miedo a que se enterasen sus padres, acudían al cuartel a pagar la multa. De ahí esta campaña, cuya finalidad es que los padres estén informados y puedan tomar las decisiones oportunas.

Antes de que llegue la carta a casa, reciben la llamada telefónica de la Policía Local. Desde hace tres meses, los agentes que han incrementado las labores de vigilancia en los entornos de colegios, institutos, parques y jardines, cuando sorprenden a los jóvenes fumándose un porro (o bebiendo alcohol) les preguntan la edad, además de otros datos personales, como dirección y teléfono.

De entre las 24 llamadas realizadas, hay reacciones de todo tipo. Algunas nos dicen: «¡Ahora entiendo el comportamiento de mi hijo!». La sargento Antonia indica que hay algunas madres que se quedan muy sorprendidas y preguntan qué pueden hacer. «Aprovechando que el EPAF, que es el equipo de mujeres policía que atiende los casos de violencia de género y doméstica, están dando charlas a padres y alumnos por separado en los institutos, les aconsejamos que asistan porque les puede ser muy útil».

En este sentido, la cabo Carmen, que está al frente del EPAF, explica que, «cuando hablamos con los padres, les insistimos mucho en que estén atentos a los comportamientos violentos porque está demostrado que el consumo de drogas y alcohol puede ser el desencadenante de esas conductas negativas». Añade que «los padres deben poner unas normas a sus hijos. No pueden dejarles hacer todo lo que quieran ni se puede dejar de ejercer de padres porque tengan más de 14 años».

Insiste en que «el diálogo es muy importante. Si vas de autoritario, te rechazan, por eso ha de ser un diálogo abierto, para escucharle, pero con respeto mutuo».

La sargento Antonia explica que «detrás de cada llamada, hay una historia. Normalmente te agradecen la información que puedas aportarles». Indica que «no es la denuncia. El trasfondo es más importante. Le estás diciendo a esa madre o a ese padre que su hijo ha sido sorprendido consumiendo estupefacientes o alcohol. Hay algo más grave que una infracción administrativa y una multa». En concreto, 150 euros por consumo de alcohol y 300 euros por tenencia y por consumo de estupefacientes.

Admite que no todos los padres reaccionan igual. «En algún caso, nos dicen que se lo imaginaban y, en otros, le echan la culpa a que ‘mi hijo estaba esos días con su padre’. Y, en alguna ocasión, ni nos han cogido el teléfono».

La cabo Carmen insiste en que «en las charlas advertimos de la correlación entre consumo de drogas y uso desmesurado de teléfonos móviles y tablets». Por eso, incide en que «los padres tienen que sacar horas de donde sea para estar con sus hijos porque comunicarse es fundamental. Y, si es necesario añade, deben acudir a centros especializados de desintoxicación y no esperar a que puedan cometer un delito».