«Ya perdí la cuenta de los recortes que llevo»

La modificación ha provocado un retraso en el pago de la nómina correspondiente a enero, que debería haberse abonado en febrero pero que no llegó hasta ayer. El IMAS ha eliminado los dos niveles en que tradicionalmente se ha dividido cada uno de los tres grados de la dependencia. Con ello, desaparece también la diferencia en las cuantía que recibían unos y otros. Así, en cada grado se ha establecido «una media ponderada», que ha beneficiado a quienes tenían un nivel inferior y ha perjudicado a los del superior. De este modo, los dependientes de grado III y nivel II, aquellos que según su valoración gozan de menor autonomía, han perdido hasta 54,95 euros al mes. Es el caso del hijo de Pedro Francisco Cerezuela. «Es una reducción brutal, del 20,83%», se queja. «Ya he perdido la cuenta de los recortes que llevamos, creo que cuatro o cinco», se lamenta. Su hijo tiene 34 años y nació con espina bífida. «Lo tenemos que sondar cada seis horas. Hay que asearlo, levantarlo de la cama a la silla de ruedas, y darle de comer todo en papillas. Y por la noche hay que levantarse en la madrugada para cambiarlo de posición», explica.

El IMAS no contempla la medida como un recorte, sino como un cambio motivado por la eliminación de los niveles, lo que ha obligado a un nuevo cálculo de las ayudas. Es cierto que el número de dependientes que han salido beneficiados es mayor que el de perjudicados, pero mientras los primeros han ganado como mucho 17,87 euros, los segundos han perdido hasta 54,95. Al final, el IMAS se ha ahorrado unos 200.000 euros en el cómputo total. El Colegio de Trabajo Social critica «la opacidad» con que se ha puesto en marcha la medida.